Este tipo de piel, que aparece cuando las glándulas sebáceas producen este sólido de forma excesiva, se caracteriza por dejar brillos antiestéticos en la tez y hacer que la cara parezca sudada o demasiado cargada. Con incapacidad (también) para limar las impurezas, sin duda debemos ponerle remedio cuanto antes.
¿Cómo puedo limpiar mi rostro si tengo la piel grasa?
Al margen de utilizar productos que están hechos de forma específica para esto, las rutinas de higiene son muy efectivas cuando hablamos de la limpieza del cutis. Sin ellas, cualquiera que tenga este tipo de dermis, no logrará deshacerse de la sensación pringosa que notamos cada día pero, ¿qué más podemos hacer? A continuación, te dejamos unos consejos muy sencillos:
Lavarnos la cara con jabón
¿Cuántas veces te has lavado la cara solo con el agua del grifo? Utilizar jabón para hacer una limpieza más profunda es algo que debemos valorar de aquí en adelante y es que, al igual que pasa con nuestro cuerpo, necesitamos de este producto para sacar todos los restos y la suciedad invisible que se incrusta entre los poros.
Exfoliación profesional
Aunque existen remedios caseros para la exfoliación de la piel, es recomendable un curtido profesional para que nos saquen todos los restos. Reduciendo la producción de sebo, además ganaremos hidratación y luminosidad natural a ese rostro que lleva castigado años debido a lo graso de la dermis.
Aplicar cremas hidratantes
Además del gel Effaclar del que antes hemos hablado, existen una serie de cremas hidratantes con las que podemos disfrutar de una piel mucho más sencilla, menos grasa y con las vitaminas completamente recuperadas. Reestructurando nuestro rostro a su máximo exponente, seguro que pronto comenzaremos a notar los resultados.
La importancia de la alimentación
Lo que comemos también se nota en la piel. Una alimentación basada en frutas y verduras consigue que el rostro se mantenga más sano, mejor hidratado y con todo lo que necesitamos para su buena imagen. No obstante, es importante saber que las grasas también ayudan a la dermis.
Los chocolates, la bollería industrial y algunos frutos secos no son recomendables pero, si los tomamos con moderación, no harán ningún daño al rostro ni tampoco para nuestra salud. En cualquier caso, conviene tomar todo aquello que aporte nutrientes, minerales y vitaminas que es lo que suelen perder las pieles grasas.
En definitiva, a la limpieza diaria del rostro hay mucho más que agregar si queremos que nuestra dermis se mantenga como el primer día. Así, con los productos adecuados, la exfoliación profesional y una alimentación cuidada, conseguiremos esa tez que parecen solo tener otras chicas a las que vemos por la calle. ¿Te apuntas al reto?