Países como Italia o Hungría han optado por promover valores ultra conservadores, lo cual perjudica especialmente a las producciones que abordan la diversidad sociocultural y la aceptación. Además, imponen sanciones severas a aquellos que se atrevan a expresar discursos fuera de lo que se considera "normal", como si de otros tiempos más oscuros se tratase. En este contexto, un país de Europa central ha impuesto una multa de más de 32.000 euros a una librería por vender exclusivamente una novela gráfica con contenido LGTB.
Con esta impresionante sanción, se confirma que la libertad de expresión está en entredicho en Hungría y la caza de brujas ha comenzado. Según Kriztian Nyary, propietario de la empresa afectada, esta multa es "la mayor nunca impuesta a una distribuidora de libros" en el país. Y es que las autoridades han impuesto la multa por la venta de 'Hearstopper', la popular saga de Alice Oseman, que aborda temas como la homosexualidad, transexualidad y bisexualidad, los cuales son perseguidos por el Gobierno húngaro desde hace meses. La obra ha sido adaptada a la televisión con los personajes Charlie Spring y Nick Nelson como protagonistas, y su segunda temporada se estrenará el próximo 3 de agosto en Netflix, tras una primera tanda de episodios de un éxito incuestionable en todo el mundo.
Durante los últimos años, se ha notado un aumento en una tendencia más conservadora y tradicional en las instituciones europeas. Esta tendencia rechaza cualquier tipo de relación entre personas del mismo sexo. El gobierno húngaro recién elegido no ha sido una excepción y ha implementado una de las leyes más estrictas hasta ahora, equiparando la homosexualidad con la pedofilia, prohibiendo la venta de obras que aborden estos temas.
Europa persigue esta legislación
Desde que la legislación entró en vigor en 2021, la obra de Oseman, 'Hearstopper', ha sido la segunda en ser sancionada. La conocida y polémica ley de defensa de menores establece que cualquier tipo de venta de esta temática debe estar correctamente etiquetada y solo puede venderse a un público mayor de edad. Hace un año, la Comisión Europea denunció a Hungría ante el Tribunal de Justicia de la UE debido a una normativa que prohíbe hablar sobre orientación sexual en escuelas y medios de comunicación.
En el caso de 'Hearstopper', las autoridades húngaras han actuado con dureza, indicando que la venta de estos ejemplares está permitida para menores de edad a partir de los 14 años. La empresa ha reconocido que acudirá a los tribunales y apelará la sanción histórica, argumentando que esta ley no es aplicable en estos casos. Es evidente que en los últimos años, los gobiernos de algunos países del viejo continente están promoviendo una persecución que no se veía desde una época oscura que quieren reavivar. Sin embargo, estamos segurxs de que la luz ganará.
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