Está siendo un mes de julio terrible en el sur de Gaza. Los incesantes bombardeos y ataques aéreos de las fuerzas israelíes se cobran la vida de cientos de personas en la Franja, mientras el personal médico de los hospitales se ve al límite para tratar de atender a los heridos graves. Tal y como sostiene Médicos Sin Fronteras, solo en los últimos 10 días "nuestros equipos han respondido a cuatro incidentes con víctimas masivas".
El último de estos ataques con múltiples víctimas tuvo lugar el lunes 22 de julio cuando, tras nuevos ataques en Jan Yunis (sur de Gaza), el Hospital Nasser se vio desbordado, una vez más, con más de cien heridos, según datos del Ministerio de Sanidad de Gaza. El Hospital Nasser está bajo una enorme presión mientras las muertes, heridas y mutilaciones continúan sin tregua en el sur de la Franja.
"La situación en el Hospital Nasser es catastrófica y el flujo de pacientes no ha parado desde la mañana. Llegan familias enteras: ya sea muertas o heridas. Estamos intentando priorizar quién va al quirófano", explicaba desde el centro Ahmad Abu Warda, su responsable de actividades médicas en el Nasser.
El hospital alcanzó su capacidad máxima esa jornada: todas las camas están ocupadas y los pacientes a menudo tienen que compartirlas. El centro hospitalario ha realizado un llamamiento a la población para que done sangre, ya que las reservas se están agotando.
"Estamos recibiendo pacientes del área de urgencias de trauma, los estamos recibiendo en la maternidad porque no hay capacidad. Tenemos unos 25 pacientes, ya hemos desocupado tres habitaciones pero estamos utilizando también el pasillo. Yo soy ginecóloga pero tuve la necesidad de bajar, asistir y ayudar pues están en el edificio de maternidad y estamos tratando de cubrir lo que podemos", relataba la ginecóloga Orienny Mosquera desde la maternidad del hospital.
"Vemos llegar ambulancias cada dos minutos a urgencias. Hay muchos niños, niñas, mujeres y adultos mayores. Vimos al menos un paramédico entre los heridos", relataba desde Jan Yunis, Pascale Coissard, la coordinadora de emergencias de MSF en Gaza.
Los equipos intentan cubrir las necesidades, pero con suministros y recursos insuficientes en medio del caos, salvar vidas se ha vuelto extremadamente difícil.
"Hoy [lunes 22 de julio] ha sido un día de incidentes con víctimas en masa en el Hospital Nasser. No han dejado de llegar heridos durante todo el día. Este tipo de eventos está causando una inmensa tensión al personal. Mis propios colegas viven en la zona de evacuación y hoy se han echado a llorar. No queda nada después del Nasser. Si tenemos que cerrar este hospital, no habrá ningún sitio para los 400 o 600 pacientes que pueden ser atendidos aquí. Hemos acogido casos urgentes en nuestro quirófano, en la unidad de quemados y en la de traumatología. Con el banco de sangre en niveles críticos, hoy hemos tenido que recurrir a donaciones. La tensión es excesiva. Necesitamos que pare. Esto es el fin. No hay otro sitio adonde ir si el Nasser tiene que cerrar, y estamos al límite", alerta Javid Abdelmoneim, responsable del equipo médico.
"Cada uno de estos sucesos es terrible e inhumano. La gente sigue perdiendo familiares y no tiene ningún lugar seguro al que ir. Además, cada incidente con víctimas masivas supone una enorme presión para el sistema sanitario. La enorme afluencia de heridos tras los ataques y los combates agota los suministros asignados a maternidad, traumatología, quemados y otros servicios sanitarios", sostienen.
El Hospital Nasser es el último hospital de tercer nivel que queda en el sur de Gaza. Al no llegar suficientes suministros a Gaza, las escasas provisiones médicas se agotan dificultando aún más la atención a los pacientes tanto para casos asistencia sanitaria regular como en caso de producirse un siniestro masivo: "El personal médico está agotado, y muchos de nuestros compañeros y compañeras han perdido familiares en los recientes ataques".
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