El piloto de aviación Irving Peña dedicó gran parte de su vida a la investigación de este fenómeno, y su actividad fue clave en el campo de estudio de la materia gracias tanto a sus conocimientos como a sus contactos.
En la investigación de Peña, fue importante su profesión; con más de 20 años de experiencia en surcar los cielos, mientras daba clases de vuelo en una escuela de Mérida prestaba atención a la actividad extraterrestre. De hecho, el capitán hizo varios viajes a Ticul, en el estado mexicano de Yucatán, cuando en 2004 se dio una gran oleada de avistamientos, y logró captar una instantánea de una supuesta nave espacial a plena luz del día.
Colaboró en diferentes programas y publicaciones debido a su gran experiencia en la materia, como en el programa de radio “La Hora Macabra” en 2003 y 2004, y fundó la organización FIEPAL (Fuerza de Investigación Espacial y Paranormal de América Latina). Colaboró también en la revista Misterios donde trató en su última colaboración la investigación de las huellas de un aterrizaje ovni en el municipio de Muna, y fue un importante ponente en congresos de temática extraterrestre, como el Congreso del ovni, que se celebró a principios de los noventa en Acapulco.
En sus frecuentes reuniones con amigos pilotos y controladores de tráfico aéreo en un espacio aislado en la carretera a Tixpéual utilizaban sus telescopios para intentar avistar algún ovni. Y es que, en esas reuniones, Peña no era el único testigo de actividad extraterrestre, ya que sus amigos también habían tenido experiencias de avistamientos desde los aviones o torres de control.
El lugar favorito de los extraterrestres
Ticul ha resultado un lugar extrañamente atractivo para la actividad extraterrestre, ya que el ovni avistado acudía día tras día puntual a su cita con los curiosos. La “gran oleada” comenzó cuando Cesar Mata en el año 2004 consiguió grabar un ovni circulando a baja altura. El vídeo fue analizado por expertos y se confirmó la ausencia de trucaje, emitiéndose después en diferentes medios de comunicación. Debido a esto, las noches siguientes la gente se aglutinaba en “La sierrita” de Ticul para intentar avistar al ovni, el cual fue visto entre las 9 de la noche y las 2 de la madrugada en los días sucesivos. Fueron en total 12 los días consecutivos en los que se avistó ese año, información que se contrastó en los municipios circundantes así como en estados cercanos que también presenciaron la nave extraterrestre.
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