Los fenómenos que ocurrían en esta clínica no pasaron desapercibidos para un conocido programa de televisión nacional, que se aventuró a presentar en exclusiva una investigación sobre ella en el año 2011.
Pero lo que no se ha contado de la historia, y que casi nadie sabe, es que las primeras personas en descubrir los hechos que allí acontecían fueron los policías de la secretaría de seguridad pública de forma casual.
En el año 2007 se reportó a la base de la policía un disturbio y un pleito de unos jóvenes en el parque de la colonia Cortés Sarmiento, por lo que se mandó a unos agentes a cubrir el suceso.
Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos no encontraron a nadie, por lo que pensaron que los jóvenes podrían haberse escondido en la clínica, que se encontraba y se encuentra justo en frente del parque, al escuchar las sirenas de los coches patrulla.
En esos momentos el edificio estaba casi abandonado en su totalidad, aunque seguía en funcionamiento un consultorio en la planta baja del inmueble.
El comandante, junto con varios policías, decidió entrar y echar un vistazo a ver si estaba en lo cierto y podían encontrar a los sujetos, pero para su sorpresa, cuando entraron en el edificio y al llegar a la tercera planta, escucharon unos llantos de un niño, por lo que el comandante le dijo a uno de los policías que le acompañaba que llamara a la enfermera que se encontraba en la primera planta para que la comunicaran que en la planta de maternidad estaba llorando un niño.
Tras darle estas órdenes, el policía le respondió que era imposible que hubiera ningún niño en esa planta, ya que desde hacía bastante tiempo permanecía sin funcionamiento.No había casi ni terminado la frase cuando empezaron a abrirse y cerrarse las puertas de la planta donde se encontraban. Sus linternas se apagaron y, al encontrarse en total oscuridad, no podían salir del edificio por más que intentaban abrir las puertas.
Por fortuna, las radios de comunicación sí que funcionaban y fue así como pudieron pedir auxilio a los agentes que se encontraban fuera del edificio para que los pudieran sacar. Cuando estaban abandonando el edificio, de pronto, las lámparas empezaron otra vez a funcionar, por lo que los agentes se quedaron perplejos por el suceso.
A los pocos meses otro de los oficiales confirmo lo narrado por los policías que estuvieron allí el día del suceso, que por miedo a lo paranormal o simplemente por respeto, se negaban a creer lo que los ocurrió, por lo que no querían hablar del tema. Tras lo ocurrido se inicio una investigación llevada a cabo por una persona ajena a la policía, que obtuvo evidencias bastante consistentes, como psicofonías, las cuales fueron presentadas en conferencias, un libro en la revista Misterios y en programas de radio y televisión locales.