Esta mujer tiene una adicción muy peculiar: Bebe su propia orina.
Si eso no es lo suficientemente desagradable, además la utiliza para bañarse, lavarse los dientes o la cara.
Ella explica que al beber su orina se siente tibia y agradable, y además asegura que padecía cáncer, y este hábito le ha ayudado a vencerlo.
Actualmente lleva más de 5 años haciéndolo y no tiene intención de dejarlo.
¿Quieres conocer más adicciones? Sigue leyendo...