Graciela Sosa, madre de Fernando Báez Sosa, ha tenido fuerzas para pedir responsabilidades a los asesinos de su hijo: "Es lamentable lo que hicieron con mi hijo. Es una injusticia".
El joven de 19 años, asesinado la madrugada del pasado sábado presuntamente a manos de un grupo de jugadores de rugby en Villa Gesell (Argentina), salía de un local nocturno en la localidad balnearia bonaerense cuando fue golpeado brutalmente hasta la muerte.
"Se merecen que paguen todo eso que le hicieron. Le arruinaron su vida", sostenía la madre entre lágrimas en el velatorio del que era su único hijo, exigiendo que el caso "no quede impune".
La autopsia determinó que la causa de la muerte fue un "fuerte traumatismo de cráneo". Y es que hasta once chicos de entre 19 y 21 años se encuentran detenidos tras el asesinato, la mayoría de ellos jugadores del Club Náutico Arsenal de Zárate, ubicado en las afueras de la capital argentina.
Hasta el momento, casi todos los acusados se han negado a declarar, excepto Pablo Ventura, quien a diferencia del resto, fue detenido en Zárate.
Según el diario argentino La Nación, los abogados les habrían pedido a los amigos de la víctima no dar declaraciones a la prensa "para no entorpecer la causa". Pero de acuerdo a una de las fuentes del periódico, todo habría empezado con una pequeña disputa dentro del local.
"Le quisieron pegar a uno de los chicos y Fernando los quiso separar. Se generaron algunos empujones y por eso lo echaron a Fernando y a sus amigos de Le Brique (el nombre de la discoteca)", aclara uno de los testigos.
Según la misma fuente, una vez fuera del club, Báez Sosa y sus amigos estaban sentados en una vereda esperando a otros dos compañeros para abandonar el lugar, antes de que se produjera el ataque: "Uno había ido a hacer pis y otro todavía estaba adentro (...) Es ahí cuando salieron los rugbiers y fueron directo a buscarlo a Fernando".
Algunos de los amigos de la víctima que intentaron frenar la pelea también recibieron fuertes golpes en la cara y la cabeza.
La madre de la víctima ha desvelado la última conversación que tuvo con él: "La última vez que tuve contacto con él fue por mensaje. Le pregunté cómo estaba, y me respondió que se encontraba muy bien. Luego me dijo: 'Mami, te quiero'. Esa fue la última vez que me contacté con él".
Graciela Sosa asegura sentirse "muerta. Era mi único hijo". Fernando se había inscrito en la Universidad de Buenos Aires para estudiar Derecho. Su madre lo recuerda como "un chico bueno, decente, servicial. No se merecía esto: nadie se merece esto".
Tatiana, la encargada de redes sociales de Le Brique, fue testigo del ataque y relató en una entrevista con el canal de televisión local Todo Noticias los hechos: "A eso de las cinco y media de la madrugada yo salí del boliche y lo vi a Fernando que estaba sentado, rodeado de sus amigos. En ese momento aparecen estos chicos y empezaron a pegarles, de la nada", contó la joven de 17 años.
"Eran una máquina de golpear, no les importó nada", continuó recordando cómo otros jóvenes inconscientes, "más inconscientes que ellos (los rugbiers)", gritaban "pégale dale, lo vas a matar, dale que vos podes".
Walter Mércuri, el fiscal que lleva a cabo la investigación por el asesinato del joven, señaló en una entrevista con Todo Noticias que los rugbiers habían actuado con "premeditación" y "tenían un plan".
Mércuri también afirma que dos de ellos acabaron con la vida del joven cuando estaba desmayado en el suelo, proporcionándole una patada "que según la autopsia fue mortal".