Emily Gladwin solo cuenta con 38 años de edad. Pese a que no tenía síntomas graves de Covid-19 cuando dio positivo en una prueba rutinaria del trabajo, su estado de salud empeoró y tuvieron que inducirle un coma. Al despertar, su pesadilla no habría terminado...
Pese a que esto sucedió en Resolven, Gales, es una de las miles de historias que ha causado la pandemia. Una mujer joven a la que un virus, de repente, le paraliza la vida.
"No recuerdo nada de estar en coma, pero estaba teniendo sueños y pesadillas recurrentes. Dijeron que estaban hablando conmigo, leyendo cartas de mi familia, pero no recuerdo nada de eso. Soñé que mi hermana tenía un bebé y estaba convencida de que era verdad”, cuenta ahora Emily Gladwin a Wales Online.
"Cuando me desperté, estaba muy preocupada, vi cables y pensé que estaban experimentando conmigo, no tenía ni idea de lo que pasó. Les pregunté si me había perdido la Navidad y me dijeron que sí”, relata.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Y es que Emily no tenía conocimiento del fallecimiento de su abuelo, Jan Gnojek, de 98 años, debido al Covid.
Otro varapalo y una dura recuperación
Pero del Covid no se sale fácilmente, como bien saben miles de personas alrededor del mundo. Pese a que Gladwin fue dada de alta, tenía un difícil camino por delante, e incluso tuvo que volver a aprender a caminar.
Además, su padre murió solo dos días después de su alta: “Solo pude verlo una vez en ese tiempo antes de morir. Tuvo covid casi al mismo tiempo que yo, pero se recuperó. Sin embargo, ya tenía fibrosis y murió, con 76 años, porque desarrolló una doble neumonía”.