A lo largo de la investigación, los agentes comprobaron que no se trataba de algo aislado, sino de una trama. El grupo localizaba viviendas en alquiler para corta estancia de tipo vacacional y contactaban con los propietarios haciéndose pasar por una familia interesada en pasar un fin de semana o varios días.
Una vez que ocupaban la vivienda, se negaban a irse ni a abonar ningún importe por el uso de la vivienda. Entonces amenazaban a los propietarios a cambio de montantes muy elevados -14.000 euros-, diciéndoles que si les pagaban, se marcharían y su vivienda no sufriría mayores desperfectos.
En presencia de los propietarios, los miembros de la banda golpeaban y destrozaban el mobiliario para que supieran que iban en serio. Sin embargo, incluso habiendo accedido a la extorsión, los autores no se marchaban. La banda ha conseguido apropiarse de 62.000 euros de las víctimas.
La líder de la banda era la que realizaba el contacto con los propietarios y recibía las llaves. Hacía con ellos un contrato verbal. Posteriormente, cuando llegaba el momento de dejar la vivienda, alegaba que ella había alquilado para larga temporada. Era entonces cuando empezaba el turno de su marido, uno de los principales encargados de materializar las amenazas y extorsiones.
Las viviendas usurpadas eran ocupadas de forma constante por los miembros del grupo que a su vez las cedían a otros familiares, garantizándose que siempre hubiera gente en las casas y evitar así ser desalojados.
Se les imputan los delitos de estafa, apropiación indebida, extorsión, daños y pertenencia a grupo criminal. Han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Villajoyosa, que ha decretado el ingreso en prisión de cuatro de los principales miembros de la banda.