El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró 441 muertes de migrantes en el Mediterráneo central entre enero y marzo de 2023, el primer trimestre más mortífero documentado desde 2017.
La creciente pérdida de vidas en la travesía marítima más peligrosa del mundo se produce en medio de retrasos en las respuestas de rescate dirigidas por el Estado y obstáculos a las operaciones de los buques de búsqueda de las ONG en la zona.
"La persistente crisis humanitaria en el Mediterráneo central es intolerable", ha declarado el director general de la OIM. "Con más de 20.000 muertes registradas en esta ruta desde 2014, me temo que estas muertes se han normalizado. Los Estados deben responder. Los retrasos y los obstáculos a las operaciones de rescate están costando vidas humanas", añade António Vitorino.
Las muertes documentadas en los tres primeros meses del año son probablemente un recuento inferior al verdadero número de vidas perdidas. El Proyecto Migrantes Desaparecidos también está investigando varios informes de naufragios invisibles, casos en los que se da por desaparecidas embarcaciones de las que no hay constancia de supervivientes o restos materiales.
Los retrasos en los rescates dirigidos por el Estado en la ruta del Mediterráneo central fueron un factor en al menos seis incidentes este año que causaron la muerte de al menos 127 personas. La ausencia total de respuesta a un séptimo caso se cobró la vida de al menos 73 migrantes.
Recientemente, los esfuerzos de operación y rescate dirigidos por ONG han disminuido notablemente. El 25 de marzo, los guardacostas libios dispararon al aire cuando el barco de rescate de la ONG Ocean Viking respondía a un aviso de una embarcación de goma en apuros.
Por otra parte, el domingo 26 de marzo, otro buque, el Louise Michel, fue detenido en Italia tras rescatar a 180 personas en el mar, haciéndose eco de un caso anterior en el que el barco Geo Barents fue detenido en febrero y posteriormente liberado.
Durante el fin de semana de Pascua, 3000 migrantes llegaron a Italia, con lo que el número total de llegadas en lo que va de año asciende a 31.192 personas.
Una embarcación con unas 800 personas a bordo fue rescatada el martes 11 de abril a más de 200 kilómetros al sureste de Sicilia por la guardia costera italiana con la ayuda de un buque comercial. Al parecer, otra embarcación con unos 400 migrantes estuvo a la deriva entre Italia y Malta durante dos días antes de ser alcanzada por el mismo equipo. Aun así, no todos los migrantes de estos barcos han llegado a salvo y han desembarcado en Italia.
"Salvar vidas en el mar es una obligación legal del Estado", afirmó Vitorino. "Necesitamos ver una coordinación proactiva dirigida por los países en los esfuerzos de búsqueda y rescate. Guiados por el espíritu de la responsabilidad compartida y la solidaridad, pedimos a las naciones que colaboren y trabajen para reducir la pérdida de vidas a lo largo de las rutas migratorias".
La preocupante situación en el Mediterráneo central refuerza la necesidad de operaciones efectivas coordinadas por los países, que pongan fin a la respuesta ad hoc que las ha caracterizado desde el final de la operación Mare Nostrum en 2014.
La agencia de la ONU explica que los esfuerzos del Estado para salvar vidas deben incluir el apoyo a las ONG y proporcionar asistencia, y poner fin a la criminalización, la obstrucción y la disuasión de los esfuerzos de aquellos que la proporcionan. Todos los buques marítimos, incluidos los comerciales, tienen la obligación legal de prestar socorro a las embarcaciones en peligro.
La Organización también pide una mayor acción concertada para desmantelar las redes delictivas de contrabando y enjuiciar a los responsables de lucrarse con la desesperación de los migrantes y refugiados facilitando viajes peligrosos.