Según recoge la sentencia, los hechos ocurrieron en la vivienda compartida, después de la cena, cuando los penados utilizaron dos cuchillos y asestaron a la víctima múltiples puñaladas por todo el cuerpo.
El jurado consideró probado que el fallecido llevaba tiempo insinuándose con fines sexuales a la condenada y que ni ella ni su compañero sentimental soportaban esa situación.
La noche del crimen, la víctima había consumido estupefacientes y bebidas alcohólicas, por lo que se encontraba en un estado de aletargamiento y tenía limitada su capacidad para defenderse.
De esa circunstancia se aprovecharon los agresores para cometer el asesinato. El agredido murió a los pocos minutos de resultar herido a consecuencia de una de las puñaladas recibidas, que le partió la tercera costilla y le hirió en el corazón.
Tras el asesinato, la pareja llamó al teléfono de Emergencias 112 y contó, con la intención de atribuirle la responsabilidad de los hechos a terceras personas, que habían apuñalado a un amigo suyo.
La sentencia dictada ahora por el magistrado de la Audiencia que presidió este juicio con jurado no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).