Se trata de la segunda edición del estudio que ya se realizó en 2016 y que en esta ocasión incorpora junto a la violencia de género también estimaciones de los costes de la violencia sexual contra las mujeres fuera del ámbito de las relaciones de pareja.
El informe estima que estas dos formas de violencia contra las mujeres suponen un coste tangible total de hasta 4.933 millones de euros en 2022, lo que supone un 0,37% del PIB y 104 euros per cápita. En el caso de la violencia de género, el coste sería de 4.085 millones y los 848 millones de euros restantes corresponderían a la violencia sexual fuera de la pareja.
Estos datos se han obtenido al aplicar una de las dos metodologías usadas, que ha permitido tener en cuenta ambos tipos de violencia, y es la que arroja los costes más abultados.
Se trata de un estudio complejo y ambicioso que muestra una horquilla de posibles costes, ofreciendo así una radiografía muy amplia de la realidad.
La segunda metodología aplicada solo a la violencia de género permite estimaciones más detalladas y ajustadas. Se estiman tres posibles costes de la misma: 1.378 millones, si se tiene en cuenta la violencia física y/o sexual que causa un deterioro de la salud; 2.033 millones, si se pone el foco en la violencia física y/o sexual aunque diferenciando por su grado de severidad, y 3.015 millones de euros si se contabiliza la violencia física, sexual, emocional y/o miedo de la pareja.
Las autoras concluyen que los resultados más próximos a la realidad siguiendo esta segunda metodología se corresponden con la tercera de las opciones, cuyo importe asciende a 3.015 millones de euros en 2022, lo que supone un 0,23% del PIB y 64 euros por persona.
El informe, realizado por un equipo multidisciplinar del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social de la Universidad de Alcalá, con el impulso, financiación y supervisión de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, realiza un análisis minucioso de los escenarios de una realidad tan compleja y amplia como es la violencia de género. Por una parte, establece dos enfoques, el macroeconómico y el microeconómico. Este segundo, a su vez, se aborda en dos secciones que estiman los costes tangibles e intangibles respectivamente.
En cuanto a los costes tangibles, se agrupan en cuatro grandes categorías o itinerarios: laboral-productivo, sanitario, legal-policial y otros. En cada uno de estos cuatro apartados, identifican a los distintos colectivos o agentes afectados: víctimas, familiares y allegados, sector público, empleadores y organizaciones del tercer sector.
Las autoras destacan que la realización de un estudio partiendo de varias hipótesis, con varios resultados, por tanto, responde a la necesidad de mostrar varias opciones razonables que se ajuste a distintos escenarios de una realidad tan compleja como es la violencia de género.
El Ministerio de Igualdad contribuye con este estudio a facilitar cifras más actuales y más ajustadas sobre el valor monetario de los impactos que producen estas dos violencias, las dos más comunes que se ejercen sobre las mujeres.
Disponer de esta información contribuye a concienciar sobre el enorme alcance que tienen la violencia de género y la violencia sexual contra las mujeres fuera de la pareja.