Félix Prieto | Martes 05 de marzo de 2024
El gusano 'Caenorhabditis elegans' emerge como una herramienta esencial para elaborar futuras terapias.
Los síntomas más evidentes en la enfermedad de Parkinson, que son los motores, aparecen cuando la enfermedad hace años que se desarrolla y el daño cerebral no se puede revertir. Por ello, conocer el desarrollo de la enfermedad en las etapas tempranas puede ser de gran ayuda a la hora de hacer un diagnóstico precoz y buscar tratamientos que puedan frenar la neurodegeneración a tiempo.
Los modelos animales disponibles hasta ahora no facilitan el estudio de la enfermedad de Parkinson en los estadios preclínicos, por su complejidad y largo ciclo vital. Ahora, un equipo de investigación liderado por el Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (INc-UAB) ha presentado un nuevo modelo que permite investigar los síntomas no motores en los estadios más iniciales de la enfermedad. Se trata del gusano transgénico Caenorhabditis elegans RAC1/ced10, en el que han podido detectar el periodo vital en que empieza la patología y seguir el proceso de acumulación de la proteína que la provoca.
El estudio, publicado en la revista Progress in Neurobiology, ha sido coordinado por la Dra. Esther Dalfó, investigadora del INc-UAB y del Institut de Recerca i Innovació en Ciències de la Vida i de la Salut a la Catalunya Central (IRIS-CC) y profesora de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC).
Las personas con Parkinson presentan inicialmente síntomas no motores, seguidos de síntomas motores, regulados, respectivamente, por los neurotransmisores GABA y la dopamina. Ambas sintomatologías van ligadas a la acumulación de la proteína alfa-sinucleïna en el sistema nervioso, que provoca la muerte de las neuronas, sobre todo de las que secretan dopamina (dopaminérgicas). Además de la acumulación anormal de esta y otras proteínas, los pacientes también acumulan lípidos en varias áreas del sistema nervioso central, a pesar de que todavía no se conoce exactamente el papel que pueden tener en la progresión de la enfermedad.
El equipo investigador ha demostrado que el nuevo modelo animal presenta síntomas no motores muy iniciales que dependen de los neurotransmisores GABA, y ha corroborado la hipótesis de que el metabolismo de los lípidos juega un papel esencial en el desarrollo de la enfermedad.
La Dra. Amanda Muñoz-Juan, investigadora del Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC) y primera autora del artículo, destaca que Caenorhabditis elegans RAC1/ced10 «será de utilidad para investigar los cambios en las proporciones de lípidos en el cerebro para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Parkinson, así como los síntomas tempranos gabaérgicos. Ambos aspectos son anteriores a la muerte de las neuronas dopaminérgicas y, por tanto, su estudio permitirá investigar los mecanismos moleculares previos a la neurodegeneración».
Un gusano importante para la investigación neurocientífica
Caenorhabditis elegans es un organismo modelo importante para la investigación neurocientífica. Muchas moléculas implicadas en la señalización neuronal y el metabolismo de este nematodo son iguales en los humanos y los modelos experimentales han permitido predecir de resultados para enfermedades humanas.
«C. elegans es ideal para hacer estudios de neurodegeneración, porque tiene un tiempo de vida corto, de 15 a 20 días. Esto hace que no sea costoso hacer un seguimiento de todo el proceso. A la vez, su sistema nervioso es tan sencillo -solo tiene 302 neuronas, de las cuales 8 son dopaminérgicas y 26 gabaérgicas- que nos permite seguir todos los cambios que suceden», explica la Dra. Dalfó.
Dalfó y sus colaboradores ya demostraron en un estudio previo que la proteína RAC1, que en C. elegans se conoce como ced-10, protege las neuronas dopaminérgicas de la toxicidad producida por la alfa-sinucleïna, y que en pacientes con párkinson la actividad de esta proteína está disminuida. Para esta investigación, el equipo ha creado un gusano transgénico sin RAC1/ced10, en el que la alfa-sinucleïna se acumula y causa la muerte neuronal.
Otra ventaja de C. elegans es que sus principales vías lipídicas son conocidas y son las mismas que las de los humanos. En este estudio el grupo de investigación ha observado que, en comparación con el gusano sano, ya desde las etapas más tempranas el nuevo gusano transgénico presenta cambios en las proporciones de los tipos de lípidos en el organismo.
«El nuevo modelo que hemos generado abre una ventana a la investigación de las etapas tempranas de la enfermedad de Parkinson y otras sinucleinopatías antes de llegar a la muerte neuronal, y permitirán investigar fármacos que puedan ayudar a parar la enfermedad antes de que sea demasiada tarde», destaca Esther Dalfó.
En el trabajo, coordinado desde el INc-UAB, han participado también investigadores del Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC), la Universidad de Alabama (EE. UU.), Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y del Institut de Recerca i Innovació en Ciències de la Vida i de la Salut a la Catalunya Central (IRIS-CC).
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