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Lo que no te cuentan: Los riesgos para la salud del clima

Félix Prieto | Martes 02 de julio de 2024
El cambio climático está empeorando las inundaciones y las sequías y reduciendo la calidad del agua, lo que supone una amenaza cada vez mayor para nuestra salud, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Es urgente acelerar la ejecución y mejorar la coordinación de los esfuerzos de los gobiernos, las autoridades responsables del agua y los proveedores de asistencia sanitaria para prevenir y reducir los efectos sobre la salud.

El informe de la AEMA «Responding to climate change impacts on human health in Europe: focus on floods, droughts and water quality [Respuesta a los efectos del cambio climático para la salud humana en Europa: inundaciones, sequías y calidad del agua]» llama la atención sobre los efectos del cambio climático relacionados con el agua en la salud y el bienestar que ya se perciben en toda Europa e incluyen muertes, lesiones, brotes de enfermedades infecciosas y consecuencias para la salud mental.

Entre 1980 y 2022 se registraron 5 582 muertes relacionadas con las inundaciones y 702 muertes relacionadas con incendios en los bosques de 32 países europeos. Ya en la actualidad, uno de cada ocho europeos vive en zonas potencialmente propensas a las inundaciones fluviales y alrededor del 30 % de la población del sur de Europa se enfrenta a un estrés hídrico permanente. El cambio climático aumentará aún más la exposición de las personas a los fenómenos meteorológicos extremos con graves consecuencias para la salud. Las personas mayores, los niños, las personas con problemas de salud, los grupos de bajos ingresos, los agricultores y los equipos de servicios de emergencia se encuentran entre los grupos que sufren mayores efectos sobre la salud como consecuencia de inundaciones, sequías, incendios forestales o enfermedades transmitidas por el agua y los vectores.

Con estos datos el informe subraya la necesidad crítica de aplicar urgentemente la legislación vigente en la UE, en particular diversas políticas europeas sobre el clima, el agua y la salud, seguir integrándolas y desplegar las soluciones ya existentes en todos los sectores y niveles de gobierno para proteger vidas, prevenir resultados sanitarios adversos y aumentar el bienestar.

Reviste suma importancia y urgencia proteger la vida humana y la salud frente a los efectos del cambio climático, que incluye sequías, inundaciones y degradación de la calidad del agua. Las políticas europeas existentes en materia de clima, agua y salud ofrecen una base sólida para la acción, pero deben aplicarse de manera más amplia y sistemática. Para garantizar nuestro bienestar futuro, todos los niveles de gobierno y muchos sectores deben poner en marcha soluciones eficaces que nos permitan prevenir y reducir los efectos sobre la salud física y mental. Los apoyamos mediante el conocimiento a través de las actividades de la AEMA y del Observatorio Europeo del Clima y la Salud.

Un despliegue más rápido de soluciones eficaces

Para mejorar nuestra preparación ante los futuros retos para la salud relacionados con el clima derivados de las inundaciones, la escasez de agua y el deterioro de la calidad del agua, se necesitan respuestas tanto en el sector sanitario como en otros sectores que tienen un impacto en la salud, como la gestión del agua, la planificación espacial, el diseño de edificios o los seguros.

El informe de la AEMA pretende inspirar la acción mostrando varios ejemplos de soluciones prácticas aplicadas en los países miembros y colaboradores de la AEMA.

Condición previa para una acción a mayor escala es una mayor integración del cambio climático en las políticas sanitarias de los Estados miembros y un aumento de los recursos y competencias para la adaptación al cambio climático, centrándose en la salud a nivel subnacional. Entre los logros rápidos cabe citar la sensibilización del público sobre los riesgos y las soluciones, mientras que las medidas a más largo plazo, incluidas las mejoras de las infraestructuras y las soluciones basadas en la naturaleza, requieren una planificación e inversión sistemáticas. Las diferencias en la vulnerabilidad de diversos grupos de población y la variación geográfica de los impactos requieren un enfoque específico y basado en la equidad para prevenir los impactos sobre la salud de la población en el contexto del cambio climático.

Riesgos clave que requieren la adopción de medidas

Inundaciones

  • Entre 1980 y 2022, se registraron 5584 muertes relacionadas con inundaciones en los 32 países miembros del EEE.
  • En la actualidad, alrededor de 53 millones de personas (el 12 % de la población europea) viven en zonas potencialmente propensas a las inundaciones fluviales, aunque a menudo cuentan con defensas contra las inundaciones. Esta cifra aumentó en 935 000 entre 2011 y 2021, lo que muestra una evolución continua en las llanuras inundables.
  • Uno de cada nueve hospitales de Europa está situado en zonas potencialmente propensas a inundaciones fluviales.

Sequías y escasez de agua

  • Debido a la demanda de agua y sequías, las regiones de Europa se encuentran en una situación de estrés hídrico casi permanente, y no solo en el sur del continente.
  • Los episodios prolongados de tiempo seco y caluroso facilitan la propagación de los incendios forestales, principalmente en el sur de Europa, pero cada vez más en otras regiones. Entre 1980 y 2022, 702 personas perdieron la vida directamente a través de los incendios forestales en los 32 países miembros de la AEMA, y muchas más se vieron afectadas por el humo de los incendios forestales.

Calidad del agua

  • El aumento de las temperaturas del aire y del agua facilita el crecimiento de patógenos, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua.
  • Las lluvias torrenciales duplican la probabilidad de que se produzcan concentraciones de patógenos nocivos en las masas de agua debido a la escorrentía contaminada y a los desbordamientos combinados de aguas residuales.
  • En las zonas situadas a niveles bajos, el aumento del nivel del mar provoca intrusión de agua salina en las aguas subterráneas y los acuíferos de superficie, con efectos indirectos en los cultivos.
  • Los flujos de agua reducidos durante los períodos secos dan lugar a concentraciones más elevadas de contaminantes, lo que requiere un costoso tratamiento de las aguas residuales. Durante los periodos secos y calurosos, las floraciones de cianobacterias en aguas ricas en nutrientes pueden poner en peligro la calidad del agua.

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