La investigación se inició en junio de 2020 conjuntamente con las autoridades de Reino Unido, al detectar una organización británica asentada en España, que contaba con canales de comercio internacional de tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa a través de España.
Las indagaciones de los investigadores permitieron identificar a los integrantes de la estructura criminal y descubrir que la organización disponía de un conglomerado de embarcaciones a su disposición, que registraban a nombre de terceras personas para tratar de ocultar sus ilícitos fines.
Los agentes pudieron averiguar que la organización operaba en las islas de Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote, estableciendo enlaces marítimos hasta Sudamérica con los que creaban “narcorrutas”. A su vez, desde el sur de España, los responsables de la organización coordinaban y dirigían los transportes de cada embarcación y, en sus entornos de seguridad, mantenían las reuniones con los enlaces de los países de origen desde donde se suministraba la sustancia estupefaciente.
El líder de la organización, conocido como “el profesor”, reclutaba a los tripulantes de los veleros y a partir de ese momento, otro responsable de la organización, se encargaba de mantenerlos. El líder, que se presume que llevaba operando en el narcotráfico más de 20 años, contaba con la confianza plena de los cárteles colombianos y mejicanos, con los que coordinaba la producción del estupefaciente y su traslado por Sudamérica hasta poder embarcarlo rumbo a España. La investigación permitió detectar que el dinero generado por los cargamentos de estupefacientes, eran reinvertidos en nuevas operaciones y blanqueado a través de un tejido empresarias que operaba en varios países.
En la Costa del Sol, la organización criminal, compuesta por activos miembros pertenecientes al “Balkan Cártel”, llevaban un elevado nivel de vida y operaba con negocios empresariales que permitían dar salida a los beneficios que obtenían de su actividad ilícita.
Durante la investigación los agentes identificaron un total de 10 embarcaciones que la organización tenía habilitadas para las “narcorrutas” y que tenían diferentes bases de operaciones en nuestro país y Sudamérica.
En España se pudo detectar que utilizaban Valencia, Alicante, Almería, Málaga y Canarias como punto logístico antes de zarpar a Sudamérica, mientras que en Sudamérica utilizaban Brasil, Colombia, Guayana, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Barbados o Panamá, para mantener los veleros preparados a la espera de recibir las órdenes de “El Profesor” y su lugarteniente para salir a cargar el estupefaciente.
Las comunicaciones de la organización para estas operaciones, se realizaban con sistemas cifrados de seguridad que les brindaban la oportunidad de mantenerse a salvo de observaciones policiales, disponiendo en las cotas más altas del entramado, de hasta 15 terminales telefónicos cada uno.
Una vez conocida la estructura criminal, los agentes detectaron la preparación de dos veleros que iban a recibir más de 1.000 kilos de cocaína cada uno, por lo que se estableció una acción preventiva para evitar que se llevara a cabo la carga en aguas internacionales y se solicitó auxilio judicial en numerosos países -Noruega, Bulgaria, Portugal, Reino Unido, Panamá, Santa Lucía, Trinidad y Tobago- junto con actuaciones en Francia, Polonia o España.
La operación internacional se ha llevado a cabo, bajo el liderazgo de la Policía Nacional de España, de manera conjunta con la National Criminal Investigation Services (NCIS) de Noruega, la agencia estadounidense Drug Enforcement Administration (DEA), la National Crime Agency (NCA) británica y el Maritime Analysis and Operations Center (MAOC) con el apoyo de EUROPOL y han colaborado agentes policiales de Francia, Polonia, Portugal, Bulgaria, Panamá y Santa Lucía.
Durante la acción conjunta, en España se han practicado 28 registros en las provincias de Málaga (13), Valencia (6), Almería (5), Alicante (2), Girona (1) y Murcia (1), habiendo resultado detenidas un total de 26 personas presuntamente integrantes de la organización criminal. Entre los detenidos se encuentran 16 noruegos, destacando un reconvertido atracador de bancos y furgones blindados que ya había cumplido 15 años de prisión por hechos violentos de esta tipología y que, desde hace un año, había pasado a integrar las filas del grupo criminal por su experiencia delictiva y el respeto del que gozaba frente a las mafias del Este de Europa.
En el resto de países que han participado en la acción conjunta dirigida por la Policía Nacional española, se ha detenido a un total de 24 integrantes de la estructura criminal y se han llevado a cabo registros en Noruega (13), Bulgaria (1), Reino Unido (1), Panamá (1), Trinidad y Tobago (1), Portugal (1) y Colombia (1).
En los registros llevados a cabo se han intervenido han intervenido 1.500 kilos de cocaína y se han intervenido ocho embarcaciones, 36 vehículos y más de 85 terminales telefónicos.
La investigación ha sido impulsada por el Juzgado de Instrucción 4 de Arrecife y el Ministerio Fiscal adscrito a esos tribunales, desde donde se ha dirigido a nivel judicial la instrucción.