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La mayor fuga de metano jamás registrada

Félix Prieto | Lunes 22 de julio de 2024
Una emisión masiva de metano, identificada gracias al potencial de la combinación de datos satelitales procedentes de diversas misiones.

Un estudio, publicado en Environmental Science & Technology Letters y seleccionado por Nature como Research Highlight, cuantifica y rastrea la evolución de esta emisión masiva de metano, gracias al potencial de la combinación de datos satelitales procedentes de diversas misiones como por ejemplo TROPOMI, GHGSat, PRISMA, EnMAP y EMIT, junto con los radiómetros multiespectrales Sentinel-2 y Landsat.

La investigación liderada por el grupo LARS del IIAMA-UPV indica que este accidente, que provocó un incendio de 10 metros de altura y la formación de un cráter de 15 metros de ancho, ha superado significativamente eventos anteriores como el de Aliso Canyon en 2015, Ohio en 2018 y Luisiana en 2019.

"La fuga se inició el 9 de junio de 2023 y liberó aproximadamente 131000 toneladas de metano en la atmósfera durante los 205 días que duró el incidente. De hecho, para sellar el pozo se inyectaron miles de toneladas de agua y, finalmente, se logró detener el flujo de gas el 25 de diciembre de 2023 mediante la inyección de lodo de perforación”, explica Luis Guanter, investigador del IIAMA.

Importancia del trabajo desarrollado

En el estudio han participado investigadores del grupo LARS-IIAMA como Javier Roger, Adriana Valverde, Itziar Irakulis y Javier Gorroño, junto a expertos de varias instituciones internacionales como SRON Netherlands Institute for Space Research, Kayrros, Environmental Defense Fund y United Nations Environment Programme.

En esta investigación, se han desarrollado nuevos métodos de procesamiento de datos que permiten mejorar la información y manejar las grandes y concentradas penachos de metano detectadas.

“Estos métodos optimizados incluyen la implementación de un filtro adaptado para detectar penachos y modelos específicos de cuantificación de metano para los instrumentos hiperespectrales”, detallan los investigadores del grupo LARS.

Por ello, destacan que las tecnologías avanzadas basadas en información satelital son cruciales para detectar y cuantificar emisiones de metano, especialmente en lugares remotos donde estos eventos suelen pasar desapercibidos.

“Nuestro trabajo demuestra cómo las herramientas espaciales avanzadas son esenciales para descubrir y gestionar estos eventos de superemisión, permitiendo una reconstrucción precisa y una cuantificación robusta de las emisiones ", afirman los miembros del grupo LARS.

Finalmente, los investigadores del IIAMA ponen de relieve la necesidad de un monitoreo continuo y preciso para mitigar los impactos ambientales de las actividades industriales como puede ser la extracción de petróleo y gas.

“El gas natural, además de ser una fuente de energía importante, también es un gas de efecto invernadero responsable de casi de un tercio del calentamiento global actual, ya que contiene más del 90% de metano. La diferencia con el CO2 es que tiene un impacto mayor a corto plazo por lo que es necesario actuar en origen y reducir las emisiones”, concluyen.

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