Miércoles 22 de octubre de 2014
Hay conmoción en la ciudad santiagueña de La Banda (Argentina). Es que varios vecinos fueron testigos de una extraña escena en la vereda de una casa, adonde observaron y fotografiaron a una joven con un largo vestido blanco y una larga cabellera negra.
El Padre Juan Castro Zavalía advirtió que "en La Banda aumentan cada vez más las prácticas de satanismo", y al mismo tiempo, vecinos fueron testigos involuntarios de esta extraña escena en la vereda de una casa de la calle Chacabuco al 100.
La primera explicación brindada por los protagonistas fue la de una aparición de un fantasma, pero luego de ver detenidamente la fotografía no existen detalles que apoyen esta posibilidad, por lo que se sospecha que se trataba de una presencia real, de una persona con una actitud extraña, en un horario totalmente inusual y con una vestimenta nada común.
Además, la mujer apareció frente a una casa cuya dueña más tarde relató que no pudo dormir y que escuchó ruidos raros esa noche.
Finalmente, se llegó a la conclusión de que otra posibilidad era que en ese lugar se podría haber estado practicando algún tipo de rito desconocido: alrededor de las 2.30 de la madrugada, cuando un transporte recogió a dos pasajeros en una plaza.
En efecto, al ingresar por la calle Chacabuco, a pocos metros del paso a nivel, la sorpresa del conductor del coche fue tal que les advirtió a sus pasajeros: "¡Uy, mirá, una mujer de blanco!".
Sorprendidos por la presencia de aquella figura con largo vestido blanco, sobre el cordón de la vereda, mirando hacia la casa, la pareja le pidió al chofer que detuviera la marcha.
Según el relato del conductor, inmediatamente detrás de ellos lo hizo un automóvil particular y también un sereno que pasaba por el lugar en bicicleta.
Todos fueron testigos de la misma presencia. El pasajero apuntó con su celular y sacó una fotografía, y en ese preciso instante, la mujer giró hacia donde todos ellos estaban, provocándoles un gran susto, según cuentan.
El conductor del auto los imitó y todos fueron a detenerse en la esquina de la calle de la próxima calle, desde donde volvieron la mirada hacia la vereda aquella, pero ya no vieron absolutamente a nadie.
Noticias relacionadas