Las adicciones más raras del mundo
Viernes 19 de diciembre de 2014
A sus 30 años ha reconocido oficialmente que le encanta comer la espuma de los cojines, como las que se usan para rellenar los sofás y las sillas.
Lleva 20 años haciéndolo y sabe que es malo para su salud, pero no puede evitar hacerlo.
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