Redacción | Domingo 21 de febrero de 2016
Tres tiroteos: uno fuera de un complejo de apartamentos, otro fuera de un concesionario de automóviles y el tercero en un restaurante.
Un hombre sospechoso de abrir fuego indiscriminadamente en una localidad de Michigan, en el norte de Estados Unidos, fue arrestado tras matar a siete personas.
Los ataques fueron cometidos la noche del sábado en el condado de Kalamazoo, unos 190 kilómetros al oeste de Detroit, y el sospechoso fue detenido poco después de la medianoche.
Tras tres tiroteos: uno fuera de un complejo de apartamentos, otro fuera de un concesionario de automóviles y el tercero en un restaurante.
El jefe del Departamento de Seguridad Pública de Kalamazoo, Jeff Hadley, indicó luego que el detenido era "un fuerte sospechoso", al tiempo que señaló a los medios locales que el peligro había pasado.
Por el momento se desconocen las motivaciones del atacante, presentado como un hombre blanco de más de 50 años que conducía un coche Chevrolet de color azul. Varias agencias policiales se vieron envueltas en el caso, y el número de víctimas así como sus perfiles iban cambiando con el paso de las horas.
El sheriff adjunto de Kalamazoo, Paul Matyas, dijo a CNN que siete personas murieron en el tiroteo, y que una resultó herida. Informes policiales previos hablaban de entre cinco y seis muertos.
La peor pesadilla
Matyas dijo que los tres tiroteos parecen estar relacionados: "Esta es la peor pesadilla, cuando tienes alguien armado disparando y matando personas al azar". Uno de los fallecidos en el restaurante es una adolescente, mientras que un padre y su hijo murieron en el concesionario.
El sospechoso, que fue detenido en una parada en el tráfico, no opuso resistencia.
Los tiroteos son frecuentes en Estados Unidos, donde las armas son de fácil acceso y su porte está amparado en la Segunda Enmienda de la Constitución.
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