En la madrugada de ese mismo día, su cuerpo fue hallado sin vida por sus alumnos. Había sido golpeada de manera contundente en la cabeza. Además, presentaba heridas en otras partes del cuerpo. La policía llegó con la llamada, pero ni el arma utilizada en el crimen, ni el culpable han sido localizados.
Los agentes revisaron las cámaras de seguridad con el fin de esclarecer los hechos. En las imágenes se podía ver a una persona a las 4 de la madrugada, media hora antes de que la profesora llegara. Iba vestida con un casco, un chaleco grueso con la palabra "policía" impresa por delante y por detrás. En su mano, llevaba lo que usó para romper las ventanas. Su forma de caminar llamó la atención de la policía y difundieron el vídeo para pedir la colaboración ciudadana.
Una amiga de la víctima hizo saber a la policía que, unos días antes del asesinato de Terry Bevers, esta recibió por LinkedIn un mensaje extraño de un hombre pero que no recuerda el nombre del mismo.
Por otro lado, una lavandería local llamada Dry Clean Super Center denunció que el suegro de la fallecida había llevado una camisa manchada de sangre a lavar. El hombre se defendió diciendo que se trataba de sangre de animal.
La policía no descarta ninguna hipótesis, pero sospecha que Terri pudo sorprender a un ladrón mientras trataba de robar en la iglesia, y que este, para no ser descubierto, acabó con la vida de la profesora.