Shawn estaba visitando la casa de su vecino cerca de las 2 de la madrugada. De pronto, le entraron ganas de ir al baño, pero estaba ocupado. Se enfadó de tal manera por la tardanza de aquel sujeto, que sacó un arma calibre 9 milímetros y empezó a disparar contra la puerta. El ocupante de aquel baño se libró por tan solo unos centímetros de ser alcanzado. Los dueños de la casa le gritaron que se marchara. El agresor salió y siguió disparando, esa vez contra una pared.
La policía no tardó en enterarse del incidente y se apresuró a detener a aquel joven. Descubrieron que Shawn Cummins había consumido altas cantidades de alcohol. La pistola utilizada estaba registrada y el joven disponía de un permiso válido. Más tarde revisaron la casa del detenido y encontraron diversas armas.
Su falta de paciencia le ha salido cara: 20.000 dólares de fianza y un juicio.