El pequeño de corta edad llegó al madrileño Hospital Gómez Ulla con golpes y una muñeca fracturada.
Los médicos que le atendieron la madrugada del miércoles no pudieron hacer nada por el niño, que fue llevado hasta el centro sanitario por sus progenitores.
No era la primera vez que acudían a este centro médico. Una semana antes de este trágico suceso, le tuvieron que atender por una rotura de brazo. Los pediatras lo pusieron en conocimiento de las autoridades, pero estas no hicieron nada.
Ahora que ha fallecido, la policía ha comenzado una investigación para tratar de comprobar cuál de sus padres le propinaba los malos tratos y si los recibía desde que nació. A su vez, tratan de averiguar si ha muerto por un supuesto abandono.
Al practicar la autopsia no se ha podido concluir si perdió la vida por los golpes, pero sí se vio que tenía varias costillas rotas y fracturas en los brazos. A pesar de todas las pruebas existentes las autoridades consideran que aún no se puede culpar de dichas heridas a sus progenitores. Cuando los médicos avisaron al juzgado de Guardia de Plaza Castilla, el juez dejó marchar a los padres y autorizó llevar el cadáver al Anatómico Forense.