Los amigos de Jennifer Spears se enteraron de su asesinato al ver la foto en Facebook. El agresor, Kenneth Alan Amyx, también envió la foto del cadáver a la madre de la mujer.
La Policía de Plano (Texas, EEUU) recibió el último domingo de mayo un aviso fuera de lo común. Una mujer aseguraba que su hija y la pareja de ésta podrían estar a punto de matarse el uno al otro, si no lo habían hecho ya. Una patrulla fue enviada a la casa en la que se suponía que se encontraban ambos.
Cuando llegaron al domicilio indicado en la llamada, todas las entradas estaban cerradas con llave. El encargado de mantenimiento les abrió la puerta del garaje, desde la que pudieron acceder a la casa. En el dormitorio se encontraban Jennifer Spears, de 43 años, y de Kenneth Alan Amyx, de 45, desnudos, él sobre ella, aparentemente muertos. Pero, a la llegada de los agentes, Kenneth comenzó a hacer ruidos. Los policías le quitaron un cuchillo que llevaba en la mano derecha y lo trasladaron a un lugar en el que pudiera ser atendido por la ambulancia que estaba en camino. Presentaba varias heridas por arma blanca que, parece ser, fueron autoinfligidas.
En la declaración que Kenneth hizo a los agentes, aseguró que ambos habían planeado suicidarse y que ella «se achantó», por lo que él tuvo que «cargársela». La acuchilló hasta la muerte. En la grabación de la declaración se le escucha decir: «la he matado, la he perdido, nunca la recuperaré, mátenme».
Al parecer, Kenneth Alan Amyx estaba huyendo de la Policía ya que había una orden de busca y captura contra él. Se le acusa de exhibicionismo ante un menor en el Condado de Dallas y de abuso sexual continuado de otro menor en el Condado de Rockwall. Su plan para terminar con la huída era acabar con su vida y, según declara, Jennifer estaba de acuerdo en acompañarle en este último viaje. Tal y como él mismo relató, ella se echó para atrás por lo que él tuvo que acabar con su vida. Después, como suele ser habitual, fue incapaz de quitarse la suya.
Lo más sangrante del caso ha sido el hecho de que la fotografía de la fallecida estuviera día y medio colgada en Facebook. Los amigos de ella denunciaron la imagen pero la red social, en un principio, se negó a quitarla ya que «no contraviene los términos y condiciones». Finalmente, fue eliminada 36 horas después.