Una de las clínicas privadas más prestigiosas de la capital, Nueva Delhi, está salpicada por el tráfico de riñones. Eran comprados a precio de risa a familias pobres y después se vendían por grandes sumas en el mercado negro.
En India, 200.000 pacientes necesitan un transplante de riñón al año, pero apenas un 3% de ellos lo consigue por las vías legales. En el segundo país más poblado del mundo, en el que los niveles de desigualdad son altísimos, el tráfico de órganos está a la orden del día.
Para conseguir un transplante de riñón hay dos vías legales. La primera y más rápida sería la donación hecha por un familiar. En el caso de que haya familiares dispuestos y que no haya problema de compatibilidad con el receptor, este tipo de operaciones se suelen llevar a cabo bastante rápido. El problema es que es difícil conseguir a un donante compatible. Por otro lado, la vía de las listas supone una tediosa espera en la que muchos pacientes terminan sus días sin conseguir el deseado transplante.
En el caso destapado, los riñones eran comprados a miembros de familias muy pobres, a los que llevaban a la capital para extirparles el riñón. Después, eran devueltos a sus lugares de origen con la suma pactada en el bolsillo. El precio pactado, aunque suponía una gran cantidad para los donantes, era muy inferior al que luego pagaban los receptores en el mercado negro. Para conseguir el visto bueno del comité de transplantes, se falsificaban documentos que probaban la relación de parentesco entre donante y receptor.
La investigación se centra en la clínica privada de gran prestigio involucrada en el escándalo, Indraprastha Apollo Delhi, que está obligada, como todos los centros médicos, a tener un comité que apruebe cualquier transplante de riñón que se lleve a cabo. Los miembros del comité de Indraprastha están bajo investigación para determinar si han cometido algún delito en el desempeño de sus funciones.
Además de las cinco personas detenidas en relación a este asunto, la Policía está buscando a los receptores de los órganos que se sospecha que han sido conseguidos por vías ilegales y tiene bajo el punto de mira a otras clínicas privadas de Nueva Delhi.