Pese a que desapareció el pasado 14 de enero de madrugada, su cuerpo no ha sido encontrado hasta el pasado sábado, en una playa situada junto a un faro. La muerte de Birna Brjansdottir, asesinada en un país con una media de dos muertes violentas al año, ha conmocionado a Islandia. Tan extraño es que se cometan este tipo de muertes que en 2003, 2006 y 2007 no se registró ningún homicidio en el país.
La joven fue vista por última vez a las 5:00 horas por varios amigos con los que salió por los pubs de Reikiavik. La última imagen que se tiene de ella es la que aparece en una cámara de seguridad, donde se la ve tambaléandose por el centro de la capital antes de acudir a un establecimiento turco para comprar un kebab.
Nada más se supo de ella. Tras una semana de búsqueda, su cadáver fue encontrado en una playa, no mucho más lejos de donde fueron hallados sus zapatos pocos días antes, en el Puerto de Hafnarfjordur. Su teléfono también fue encontrado en el mismo sitio. Alguien lo apagó.
Tres marineros han sido detenidos "bajo sospecha de poseer información sobre la desaparición de Birna", ya que las cámaras de seguridad muestran la presencia sobre las 6:30 horas de la mañana de un coche rojo idéntico al visto cerca de la zona de Reikiavik donde Birna fue vista por última vez. Restos de sangre de la joven en el coche que habían estado conduciendo los marineros han llevado a las autoridades a señalarles como sospechosos.