Todo parece indicar que Wesley Mathews, de 37 años, cometió un gran error. Puede que el peor de su vida... Abandonó a su hija adoptiva, Sherin Mathews, de tan sólo 3 años como castigo porque la pequeña no quería terminarse su leche.
Cuando el padre volvió a los 15 minutos al callejón donde había dejado a la pequeña, esta ya no estaba.
Una búsqueda contrarreloj
Las autoridades han confirmado que el padre no denunció la desaparición hasta pasadas 5 horas, y finalmente éste fue detenido, aunque acabó en libertad al día siguiente tras pagar la fianza impuesta. Los servicios sociales se han llevado a la otra hija de la familia, de 4 años de edad, del domicilio.
Los investigadores han informado que la pequeña Sherin sufre problemas de desarrollo y tiene habilidades limitadas de comunicación verbal. Además, han explicado que la pequeña fue vista por última vez con un top rosa y pantalones de pijama negro.