El suceso tuvo lugar durante la madrugada del 10 al 11 de octubre de 2015. Gabriel Marino, de 25 años, mató a la activista LGBTI Diana Sacayán, con ayuda de otra persona.
13 puñaladas acabaron con la vida de víctima. Unos hechos de los que Merino se declaró inocente, e incluso rechazó la oportunidad de defenderse en la última audiencia del juicio.
El condenado fue identificado a través de imágenes de cámaras de seguridad ubicadas cerca del domicilio de la víctima en Buenos Aires. El Tribunal entendió que Marino cometió un "homicidio agravado por odio de género y violencia de género".
Un caso histórico
El propio fiscal Ariel Yapur alertó durante el juicio de la "inmensa responsabilidad institucional" de esta causa, debido a la "dimensión de Diana como víctima" y el "interés especial" que diversas organizaciones internacionales habían prestado al tema. "El caso de Diana es un caso testigo de las violencias contra las mujeres trans".
Además, se trata de la primera vez que se admite el agravante de la figura de "odio a la identidad de género", que la acusación llama "travesticidio", en Argentina.
Algo que fue calificado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) como "un hito histórico" y "emblemático". En una nota de prensa, destacó que este juicio fue una "oportunidad para visibilizar la problemática de un colectivo tan vulnerado en sus derechos como son las personas trans y travestis".