La joven tenía heridas en el rostro y se encontraba en un armario de pequeñas dimensiones en su propia casa bajo mantas. Los agentes la encontraron así cuando intentaba refugiarse de su pareja, que acababa de agredirla.
Eran las 16.00 del pasado lunes cuando la Policía murciana recibía una llamada de teléfono sobre un episodio de violencia machista. La unidad de Seguridad Ciudadana y Motoristas llegó hasta la vivienda, donde les abrió la puerta N.B., de 29 años y de origen marroquí.
Pese a que el hombre se encontraba agitado y reconoció haber discutido con su pareja, de nacionalidad española, éste aclaró que no estaba en casa y que se había ido con una amiga. Sin embargo, nadie había visto salir a la víctima.
Tras pedir al presunto agresor entrar en la casa y negarse éste al exigir una orden judicial, los agentes hablaron con varios vecinos y, tras cerciorarse de que la mujer se encontraba aún dentro del domicilio, decidieron entrar.
Ya dentro de la vivienda, se encontraron con un niño de seis años de edad, y a otra persona que, al parecer, “nada tiene que ver con los hechos”, tal y como indican las autoridades. Dentro de un armario se encontraba la víctima encerrada y tapada con varias mantas. La puerta estaba cerrada con pestillo por fuera.
Fue el niño el que dijo que su padre había pegado a su madre y que, tras desmayarse, le había echado agua para despertarla. Tras esta declaración, y en vista de lo ocurrido, los agentes procedieron a detener al sospechoso, que fue trasladado a la comisaría del distrito del Carmen.