Tal y como ha declarado Victoria ante el juez, que investiga el accidente y muerte de Julen en la finca del municipio malagueño de Totalán el pasado 13 de enero, el dueño sí que habría informado a su marido David de la existencia de varios pozos, aunque desconocía “dónde estaban” o “si estaban protegidos”.
Pese a que el padre del pequeño sí era conocedor de la situación en la que se encontraba la finca, no se lo llegó a trasladar a su mujer, ya que ésta ha asegurado al juez que “si yo sé que hay un pozo ahí y sé que está destapado, soy la primera que cojo a mi hijo y me voy”.
Victoria era la encargada de cuidar a los niños hasta que pidió a su marido que se ocupase de ellos para llamar al trabajo, al que efectivamente habría llamado para decir que no se encontraba bien y que no iba a ir a trabajar.
Los gritos del pequeño interrumpieron la llamada, tal fue el desconcierto del momento que Victoria tiró el móvil “y me fui a dónde estaba todo el mundo que había chillado”.
Recuerda que junto al agujero estaba su marido. Fue en ese instante cuando vio por primera vez el pozo al que cayó Julen, y a su pareja “tirada en el suelo en el agujero quitando piedras y diciéndole: Julen que papá está aquí, que el hermanito nos va a ayudar, que tú vas a a salir”.