Tal y como ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el crimen se descubrió el pasado 4 de mayo cuando el jefe de la víctima alertó de que su empleada, Juana U.M. de 46 años, no había acudido a su puesto de trabajo desde hace varios días.
Además, trasladó a los agentes que sospechaba que le podía haber pasado algo grave. Entonces, los agentes averiguaron que había sido víctima de malos tratos y se desplazaron a su domicilio, donde comprobaron que la mujer llevaba varios días muerta y presentaba 11 heridas de arma blanca.
La víctima presentaba puñaladas en el pecho, brazos, piernas y espaldas, además de golpes en la cara, brazos y manos, además de signos evidentes de que se había intentado defender de su homicida. La puñalada mortal la recibió en el pecho, que le alcanzó un pulmón, provocándole un neumotórax.
Fue entonces cuando las pesquisas se centraron en su pareja sentimental y comprobaron que éste había abandonado inmediatamente el país para evitar ser arrestado, desplazándose en concreto a Marruecos.
Durante el mes de octubre, los agentes detectaron que el sospechoso tenía intención de regresar a España, por lo que se estableció un dispositivo para su localización.
El despliegue establecido en la ciudad de Ceuta, finalmente permitió arrestar al presunto autor que fue puesto a disposición de la autoridad judicial.
El presunto asesino, de 42 años, tenía en el momento del crimen una orden de alejamiento en vigor sobre la víctima, que estaba protegida por el protocolo de atención a víctimas machistas VioGen. Contaba con más de 30 antecedentes policiales de agresiones y lesiones, entre ellas una tentativa de homicidio en 2009. La última detención fue en febrero precisamente por una pelea con su pareja, ahora fallecida.