Alrededor de las 12.30 horas del día 22 de diciembre de ese mismo año, la víctima se encontraba durmiendo en su habitación, cuando el acusado entró en ella y comenzó a tocarle los pechos por debajo de la camiseta del pijama. El procesado, tras decirle "vamos a tener relaciones sexuales, quieras tú o no", comenzó a quitarle la ropa. La mujer no podía pararle y él le decía que si no estaba quieta la iba a matar. La agredió sexualmente y, tras terminar, le espetó: "Si dices algo, te mato".
Pese a que en un primer momento no denunció los hechos, esa misma tarde, el acusado la obligó, con amenazas, a que lo acompañara hasta la localidad de Moreda, donde le dijo que iba a residir acompañada de los dos procesados y otras personas en un piso, domicilio en el que le asignaron una habitación.
Sobre las 20.20 horas del día 23 de diciembre, la condenada, junto con otra persona, entró en la habitación de ella y, sin motivo, la agredieron dándole puñetazos y le dijeron que la iban a matar. La joven consiguió escapar en un momento de despiste hasta un comercio cercano, desde donde avisó a la Guardia Civil, que la trasladó al Hospital Álvarez Buylla de Mieres.
Robo mientras estaba en el hospital
El ya conocido como 'violador del estilete' aprovechó su ausencia y le cogió el DNI, la cartilla bancaria de su abuelo, la tarjeta sanitaria, el teléfono móvil y las llaves de la casa de su abuelo y, utilizando las mismas, entró en el piso, donde se apropió de dos relojes y diversas joyas.
Como los dos acusados sabían que el abuelo de la chica vivía en una residencia, la exigían que sacara dinero de la cuenta. Hasta en cinco ocasiones acudió a una entidad bancaria obligada bajo amenaza de muerte a sacar dinero de la cuenta de su abuelo por un importe total de 1.700 euros.