Los arrestados compartían material pedófilo junto a otros contenidos de violencia extrema, llegando a elaborar “stickers” en los que se observaba como menores de edad muy pequeños eran abusados sexualmente. La operación Chemosh, que ha durado 26 meses, ha sido llevada a cabo por la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional en colaboración con Interpol, EUROPOL y los cuerpos policiales de Costa Rica, Ecuador, Francia, Guatemala, India, Italia, Pakistán, Perú, Reino Unido y Siria.
Habían normalizado el envío de archivos sobre pedofilia
Las investigaciones policiales comenzaron a raíz de una información procedente de la colaboración ciudadana recibida en el correo electrónico denuncias.pornografia.infantil@policia.es En ella se alertaba sobre la existencia de un grupo de WhatsApp, formado por menores de edad, en el que varios de sus participantes habían normalizado la existencia de la pedofilia y los abusos sexuales a otros menores. Compartían archivos de contenido pedófilo, en ocasiones de extrema gravedad, en unión de otros contenidos que sí eran legales pero que no eran aptos para menores de edad por su extrema dureza.
Tales contenidos, incluida la pedofilia, se habían normalizado por la mayor parte de sus miembros. Llegaron a viralizarse hasta tal punto que en varios de los casos se habían elaborado stickers o pegatinas en los que aparecían menores de edad muy pequeños abusados sexualmente. Algunos de los participantes de dicho grupo abrieron otros chats análogos. En algunos de ellos participaban pedófilos extranjeros adultos que intercambiaban material de esta temática, lo que hacía más arduo el trabajo policial. Todo ello dio como resultado una investigación que implicó a once países del mundo, incluido España, y a un elevado número de investigados.
Golpe a la pornografía infantil
La operación Chemosh se planteó desde un primer momento no sólo como un golpe contra la pornografía infantil en chats de habla hispana, sino como un intento de evitar que jóvenes españoles tuvieran contacto con material pedófilo o con personas peligrosas que pudieran tratar de pedirles material propio autogenerado. Para tales objetivos, ha sido fundamental la colaboración entre España y los distintos países implicados, con la importante mediación de Interpol y EUROPOL.
Los detenidos en España pertenecen a todos los estratos sociales y culturales y no se adaptan a un perfil concreto, salvo que todos ellos son varones y que en su mayoría son jóvenes. Dada esa juventud, y atendiendo a criterios según la gravedad de los hechos cometidos, en ocasiones se ha optado por no detener a los implicados, sino tomarles exploración como investigados no detenidos en unión de sus tutores legales. La mayor parte de los investigados tenía sus terminales de telefonía móvil a nombre de sus progenitores, por lo que ellos también fueron investigados previamente para descartar su implicación.
En lo relativo a la operación policial en España, se han producido cinco detenciones en Las Palmas, tres en Madrid, dos en Valladolid y uno en las provincias de Santa Cruz de Tenerife, Murcia, Valencia, Palencia, La Rioja, Cuenca y Salamanca. Además, cinco personas son investigadas en Madrid, y una en las provincias de Valencia, Guadalajara, Ciudad Real y Alicante. De todos estos detenidos e investigados, 14 son menores de edad y otros siete tienen menos de 25 años. La edad media de los 26 implicados es de tan sólo 22 años.
El más joven de los detenidos tiene 15 años
En la isla tinerfeña de La Palma, los agentes detuvieron a un joven de 19 años que se había iniciado en el mundo de la pedofilia a través de cómics en los que aparecían menores de edad que sufrían abuso. A continuación, pasó a buscar activamente material sexual de menores de edad, si bien no solía ser un miembro activo de grupos de pedofilia ante el temor de ser detenido, a pesar de que solía instigar a otros miembros a que compartiesen su material pedófilo.
En la provincia de Ciudad Real, se encontraba uno de los más peligrosos de todos los investigados. Se trata de un varón de 29 años que no sólo descargaba pornografía infantil de los chats investigados, sino que intentaba que otros usuarios de los grupos le dieran contactos de niñas menores de edad para acosarlas y obtener material, prometiendo intercambiar contactos de niñas menores que, según decía, se dejarían acosar y con las que no sería posible que fuera detenido por la Policía al ser menores extranjeras. Este individuo fue arrestado tras contactar con un agente que se hizo pasar por un interesado en intercambiar contactos.
En Madrid se detuvo a tres personas, entre ellas un menor de 15 años que deseaba ser administrador de grupos de chat de pedofilia y para lo cual almacenaba gran cantidad de archivos que pudiera distribuir entre los componentes de dichos grupos. Otro de los detenidos, un adulto de 50 años, tenía discapacidad intelectual y frecuentaba grupos de chat de menores de edad.
En Palencia se detuvo a otro de los pocos varones adultos no adolescentes, un varón de 32 años que incitaba a otros miembros del grupo a realizar los hechos investigados mientras que él únicamente descargaba los archivos que otros compartían.
Otro de los detenidos es un joven búlgaro de 21 años que había huido de Italia cuando se llevó a cabo un registro domiciliario en su vivienda, previa solicitud de la Policía Nacional de España, por lo que no pudo ser detenido en esos instantes. Eligió España para huir sin saber que, precisamente, viajaba al país que había solicitado su detención, por lo que fue detenido en el domicilio de un familiar ubicado en Salamanca. Poseía gran cantidad de pornografía infantil en su teléfono móvil.
Detenida en Uruguay una madre que abusaba de su hija y compartía las imágenes
Respecto a las detenciones en el extranjero, se han realizado cuatro en Ecuador, dos en Costa Rica, Uruguay y Perú y una en India, Italia, Francia, Pakistán, Reino Unido y Siria. Todo esto se ha producido gracias a la colaboración internacional y a la importancia que esta operación ha tenido para los diferentes cuerpos policiales de los distintos países. Entre las detenciones llevadas a cabo en el exterior, destacan las realizadas en Uruguay, donde, además del investigado que había intercambiado material pedófilo con los investigados españoles, se detuvo a la madre de una menor que abusaba de su hija y enviaba las imágenes de esos abusos.
Con esta operación, que ha durado 26 meses, los agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional han sido capaces de recuperar archivos de pornografía infantil desconocidos, por lo que esta intervención redundará en una elevada identificación de los menores de edad que protagonizan las imágenes. La investigación continúa abierta en distintos países de América y se esperan nuevas detenciones en las próximas fechas.
En estos momentos, cualquier ciudadano que pueda poner en conocimiento de la Policía Nacional algún hecho delictivo relacionado con la pornografía infantil dispone del correo denuncias.pornografia.infantil@policia.es, donde su información será atendida de forma inmediata.