Tras lograr su detención, los agentes constataron su presunta participación en otros hechos similares con otras dos niñas de su círculo familiar y, además, permitió identificar a su “mentor”, otro pederasta con un gran prestigio y reputación en la comunidad pedófila. Pese a la relación de confianza existente entre ellos, uno de los detenidos no dudó a la hora de acceder ilegalmente al equipo informático del otro, a fin de obtener y distribuir material pedófilo inédito, hecho que contribuye a adquirir un mayor estatus dado el valor que ese material posee en el mercado pedófilo.
Dos años de investigación
La investigación se inició en el mes de mayo del 2018, cuando la Policía de Australia publicó, a través de una base de datos mundial dependiente de INTERPOL, varias fotografías descubiertas en la red TOR en las que se observaba a una menor que estaba siendo abusada sexualmente.
Analizadas las fotografías, los investigadores de la Unidad Central de Ciberdelincuencia establecieron que la menor podía encontrarse en nuestro país, por lo que solicitaron la colaboración de los especialistas de la UFAM Central. Las pesquisas llevadas a cabo por los agentes permitieron localizar el escenario de las imágenes en una localidad alicantina, además de identificar al presunto autor de los hechos y a la víctima, una niña de 5 años de edad perteneciente a su círculo familiar.
Tras establecer un dispositivo en torno al investigado, los policías lograron su detención en Gijón, llevando a cabo la entrada y registro de su vivienda donde localizaron la cámara utilizada para fotografiar al menor. Además se pudo constatar su presunta implicación en abusos sexuales a otras dos niñas, también de su núcleo familiar cercano.
Sustracción de material entre pederastas
En su declaración ante los agentes, el pedófilo reconoció haber realizado las fotografías si bien negó rotundamente haber compartido el material en la red TOR, hecho que constataron los investigadores. Tras varias gestiones entre sus contactos, los policías localizaron a un individuo, que identificaba como su “mentor”, que conoció en uno de los foros de la red oculta. Esta persona contaba con un elevado prestigio y reconocimiento entre la comunidad pedófila, especialmente por su astucia y falta de escrúpulos.
Los policías acreditaron que este individuo comprobó que su interlocutor poseía material de nueva producción, es decir, no distribuido y, dado el gran valor que posee en el mercado pedófilo, llevó a cabo una intrusión ilegal en un equipo informático para sustraer las imágenes. Todo ello con el fin de adquirir un mayor estatus entre los miembros de los foros de abuso sexual.
Un reconocido y buscado pederasta
Los agentes comprobaron la peligrosidad del nuevo pedófilo implicado, quien estaba siendo perseguido por distintos cuerpos policiales europeos y que, incluso, se jactaba de haber abusado sexualmente de unas niñas que estaban a su cargo. Por tal motivo se aceleraron las gestiones en curso y se intensificaron los esfuerzos ante un posible riesgo para la integridad física, psíquica y sexual de las menores.
Finalmente se consiguió la plena identificación de este depredador sexual, comprobando que se trataba de un varón de 30 años de edad y residente en Gandía. Los agentes iniciaron una estricta vigilancia policial, constatando que se quedaba al cuidado de las hijas de su pareja, de 8 y 11 años, por lo que, ante la situación de grave riesgo real y actual para las menores, se solicitó la diligencia de entrada y registro en el domicilio de sus dos progenitores, dado que pasaba mucho tiempo en ambos.
Durante el minucioso registro domiciliario, los actuantes se enfrentaron a grandes dificultades debido a las férreas medidas de seguridad que adoptaba el investigado, haciendo uso de técnicas de ocultación de material gráfico, uso de programas de borrado seguro y anonimizadores, así como de servidores proxy o de VPN. Los agentes acreditaron la posesión de material pedófilo almacenado en una memoria USB con programas de encriptación, que aparentemente se encontraba vacía de contenido.
Localizados más de 80.000 archivos y el “Manual del pedófilo”
Sin embargo, la experiencia policial de los actuantes fue fundamental para sospechar que el detenido ocultaba algo en dicho soporte, localizando finalmente archivos de contenido pedófilo que el detenido había borrado. Igualmente descubrieron un contenedor oculto y encriptado de gran capacidad, que albergaba más de 80.000 archivos de pornografía infantil, además del hallar el programa utilizado para sustraer el material de abuso sexual infantil que dio origen a la investigación y el conocido “Manual del pedófilo”.
Sin embargo, y teniendo en cuenta la actividad llevada a cabo por el detenido en foros de pedofilia, los agentes intuían que los hechos delictivos cometidos pudieran ser de mayor gravedad a los acreditados hasta la fecha. Por ello, analizaron minuciosamente durante meses todo el material incautado y, tras cerca de un año de arduo trabajo de investigación, localizaron nuevas imágenes en las que el detenido abusaba de otra menor de edad. Los policías lograron identificar a la niña, una menor de su entorno familiar, y descubrieron la existencia de fotografías de otras menores del entorno del encartado que, sin ser explícitamente sexuales, denotaban una inequívoca obsesión hacia las niñas.
Los investigadores destacan la peligrosidad del detenido, afirmando que seleccionó a la madre de las dos niñas como pareja –familia monoparental y desestructurada- ya que le aseguraba estar en disposición de las menores durante mucho tiempo. Destacar que durante la investigación incluso se convirtió en el tutor de las dos hijas de su pareja, dado que ésta ingresó en prisión por hechos ajenos a la investigación. Así lo manifestó expresamente en sus conversaciones con otros pedófilos en la red TOR, en las que aconsejaba aprovecharse de esta situación que facilita el acceso a las víctimas para abusar sexualmente de ellas.
Finalmente, y tras su ingreso en prisión, se adoptaron las oportunas medidas de protección respecto a las dos menores que se encontraban bajo su custodia, así como de la menor víctima de abuso sexual y de las otras dos menores de las cuales se descubrieron imágenes de carácter personal.