Se ha detenido a 9 personas e investigado a otras 4 por su presunta participación en los hechos y se han practicado 9 registros en domicilios y despachos profesionales, en los que se han intervenido 420.000 euros en efectivo, de los cuales 392.000 euros se encontraban ocultos en un calentador con un sistema de alarma para evitar su manipulación, así como relojes y joyas por valor de más de 111.000 euros, 1 pistola detonadora de fogueo y vehículos. Además, se han inmovilización de productos financieros por valor de más de 1millon y medio de euros.
Vinculado a esta organización, se ha identificado un entramado societario que daba soporte a la misma favoreciendo el disfrute de los beneficios obtenidos y su integración en el sistema financiero, asumiendo la titularidad de bienes muebles, inmuebles o productos financieros y con la simulación de una efectiva actividad mercantil.
La investigación se inició en 2019 cuando los Mossos d’Esquadra intervinieron en la localidad de Cambrils (Tarragona) cuatro pistolas detonadoras modificadas para efectuar fuego real, a las cuales se les había equipado con silenciador y capacidad para disparar en modo automático, circunstancia que las clasificaba como “armas de guerra”. Además de esto, durante los registros practicados, se localizó abundante munición y más de 370.000 euros en efectivo, resultando detenidas tres personas que pasaron a disposición judicial.
En el mes de abril de 2019, a través de los mecanismos de coordinación dependientes de la Secretaría de Estado de Seguridad, se detectó una coincidencia entre esta investigación y otra que venía desarrollando la Guardia Civil de Tarragona, en la que se investigaba una organización delictiva dedicada al tráfico de armas que operaba principalmente en Cataluña. El principal líder de esta red, un conocido delincuente de Barcelona, se encontraba en prisión tras ser detenido en Granada en el año 2018 transportando 27 kilos de cocaína.
Teniendo en cuenta la coincidencia en la red investigada, se acordó continuar con las investigaciones de manera conjunta, por lo que se constituyó un equipo conjunto de investigación entre ambos cuerpos policiales. Las primeras investigaciones realizadas permitieron relacionar las características de las armas de fuego intervenidas con las utilizadas en otros hechos delictivos, por lo que se trabajó en la posibilidad de que hubieran sido proporcionadas por el grupo investigado.
De igual modo, dando soporte a la organización investigada, se detectó un entramado societario a través del cual, a pesar de no aparentar ningún tipo de actividad mercantil, se titularizaban numerosos vehículos de alta gama con una valoración aproximada de 300.000 euros, motivo por el cual se inició otra investigación en el ámbito económico-financiero por la posible existencia de una operativa dedicada al blanqueo de capitales.
Estrictas medidas de seguridad
Los miembros de la red tomaban importantes medidas de seguridad como la utilización de sistemas de comunicación cifradas de tipo militar, cuyo uso es habitual por los principales grupos criminales de carácter transnacional, y que se considera reflejo del alto grado de sofisticación de la organización investigada.
De esta manera, y a pesar de encontrarse en prisión, el líder de la organización continuaba dirigiendo la actividad de la misma. Aprovechando su situación en prisión había rediseñado la estructura societaria utilizada hasta el momento con el propósito de eludir posibles investigaciones y adaptarla para que cuando quedara en libertad pudiera continuar con la actividad delictiva desde Andalucía, que era donde tenía previsto instalarse. Por este motivo, al inicio de la investigación, se detectó la expulsión del anterior responsable económico, encargando el rediseño y sofisticación de esta área a diversos profesionales del ámbito jurídico residentes en la provincia de Sevilla.
Tras ser expulsado del grupo y durante el proceso de desvinculación, el antiguo responsable económico aprovechó la estructura societaria que se encontraba bajo su control para trabajar con otra organización de origen dominicano, que tenía que introducir cocaína procedente de Sudamérica oculta en mercancías importadas por vía marítima. Por estos hechos se inició una nueva investigación de manera separada que culminó, en el mes de diciembre de 2019, con la intervención de más de 30 kilos de cocaína y la desarticulación del grupo vinculado a su introducción.
Resultado de la investigación
Los agentes han identificado a buena parte de los integrantes de esta organización, además han conseguido acreditar su vinculación con la actividad delictiva, así como aflorar buena parte del patrimonio derivado de la misma, compuesto en parte por importantes cantidades de dinero en efectivo, vehículos de alta gama, inmuebles o efectos de alto valor de adquisición, como joyas o relojes.
Finalmente durante la mañana del pasado día 22 de mayo, se procedió a la fase de explotación de la investigación, en la que se detuvo a 9 personas y se investigó a otras 4. Asimismo, se llevaron a cabo 9 registros en las localidades de Hospitalet del Llobregat (Barcelona), Oliveres y Lebrija (Sevilla), Tarragona y Punta Humbria (Huelva).
La operación, dirigida por el juzgado de instrucción número 1 de Reus, ha sido llevada a cabo de manera conjunta por agentes de la Guardia Civil y de los Mossos d’Esquadra, que han contado con el apoyo de agentes de la Guardia Urbana de Tarragona.