Sobre las 7:30 horas de este jueves, el padre Javier Contreras fue atacado un joven en el aparcamiento de la parroquia de San Josemaría Escrivá de Balaguer, en la calle Copenhague de Alcorcón (Madrid).
El sacerdote, que se dirigía a la iglesia para celebrar la primera misa del día a las 7.45 horas, pudo ser atendido en un primer momento por varios feligreses, que avisaron a la Policía.
Amenazó de muerte a los agentes y dijo que quemaría la iglesia
Cuatro patrullas de la Policía Nacional lograron reducir y arrestar al agresor, muy agresivo, llegando a herir incluso a cuatro de ellos, que presentaban diversos traumatismos leves.
Un ambulancia del Summa-112 se trasladó hasta el lugar de los hechos, y constataron hasta tres heridas de arma blanca superficiales en el cuerpo del religioso, quien fue trasladado con pronóstico leve al Hospital Fundación Alcorcón.
Un portavoz de Emergencias Comunidad de Madrid ha relatado que el joven infligió heridas en el omóplato, biceps y mano que han requerido de su traslado al Hospital de Alcorcón, donde se le dieron 12 puntos de sutura en su mano derecha.
Tal y como ha adelantado Europa Press, horas después el sacerdote ha recibido el alta médica y se encuentra "en buen estado y con muy buen ánimo", ha indicado en una nota de prensa la Diócesis de Getafe.
"Me defendí como Bruce Lee con Clergyman"
En una carta enviada a sus feligreses, el sacerdote de San Josemaría ha asegurado que está bien aunque ha recibido tres puñaladas leves "que podrían haber sido otra cosa, especialmente la del esternón".
"Me defendí como Bruce Lee con Clergyman, y gracias a eso no fue a mayores. Estuve sereno en todo momento, rezando al Señor por ese pobre chico. Antes, durante el forcejeo de cinco minutos y después: está detenido e ingresado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital. Un pobre chico que quería matar a un sacerdote 'porque los sacerdotes matamos a los niños...'", ha relatado. "Mira, le dije, desde mayo hemos entregado más de 30 toneladas de alimentos en Cáritas a personas muy necesitadas. Y él me contestó: 'Por eso no te he matado, Cáritas me ha salvado la vida", ha continuado.
"Estoy muy tranquilo y con ganas de seguir trabajando. No hay nada de odio a Dios en todo esto, sino una crisis psicótica aguda, eso espero al menos. Estoy sereno y con ganas de seguir trabajando por el Señor. Un abrazo fuerte a todos. Este incidente nos une más. Rezo por cada una de vuestras familias. Todo sigue igual en la parroquia, con el mismo calendario y mayor ilusión aún", concluye.