El arrestado formaba parte, presuntamente, de una organización criminal dedicada no solo a cometer robos con fuerza, sino también robos con violencia. Los delitos cometidos por este grupo destacaban por su alto grado de especialización, por el uso de medios técnicos avanzados y por su gran movilidad geográfica, llegando a actuar en prácticamente todo el territorio nacional.
Conexión directa con otras organizaciones criminales internacionales
La organización de la que formaba parte llegó a tal grado de sofisticación que, incluso, mantuvo conexión directa con otras organizaciones criminales de Europa del Este y de Sudamérica para la perpetración de robos con fuerza, especialmente en los que empleaban el "modus operandi" de alunizajes, butrones y rififí. Utilizaban lanzas térmicas, para lo cual sustraían vehículos de alta cilindrada que, una vez utilizados para consumar el hecho y asegurarse la huida, trasladaban a desguaces, donde alteraban sus números de bastidor, placas de matrícula y su respectiva documentación para evitar ser identificados.
Se trataba de una organización cuyos miembros destacaban por su peligrosidad. No solo no dudaban en ejercer la violencia física sobre sus víctimas, sino que también la empleaban sobre los agentes con el objetivo de eludir la acción policial. Tanto es así que, en una de sus detenciones, el fugitivo no dudó en embestir su vehículo contra uno de los agentes actuantes.
Tras obtener información sobre el paradero del investigado, los agentes se percataron de que apenas salía del domicilio donde se encontraba. Tan solo lo abandonaba en momentos muy puntuales. Cuando decidía salir, lo hacía durante un corto plazo de tiempo y solo por los alrededores de la vivienda, ubicada en Fuenlabrada.
Una de esas salidas se prolongó al acudir a un bar cercano al domicilio con algunos amigos, siendo en ese momento interceptado por los agentes y, finalmente, detenido. El fugitivo manifestó repetidamente no ser la persona buscada y portaba un permiso de conducir falso a nombre de otra persona, documento que usaba para moverse por la localidad sin miedo a ser capturado.
Detenido en Francia otro fugitivo que abusó de una niña de cinco años
En una operación distinta, realizada en colaboración con la Policía Judicial de Limoges, en Francia, ha sido detenido un fugitivo español que tenía en vigor una Orden Europea de Detención y Entrega por abuso sexual a una niña menor de edad. Los hechos se remontan al año 2014, cuando el arrestado mantenía una relación afectiva con la hermana del abuelo paterno de la víctima.
Los encuentros familiares eran aprovechados por el detenido para, presuntamente, llevar a la menor a una segunda planta de la vivienda y cometer allí los abusos y las agresiones físicas. Estos hechos se repitieron de esta misma manera en varias ocasiones. Por todo ello, fue condenado en 2018 por la Audiencia Provincial de Málaga a diez años de prisión, pero nunca llegó a ingresar en el centro penitenciario porque consiguió desaparecer del país sin dejar rastro alguno.
Las investigaciones policiales permitieron situar su paradero en Francia, por lo que, tras las gestiones oportunas, y ante la posibilidad de que pudiera cometer nuevos ataques sexuales, se solicitó la colaboración del oficial de enlace de Francia en Madrid, dando como resultado la localización del fugitivo en la localidad de La Faye y su posterior detención en las inmediaciones de su domicilio.