Nos trasladamos hasta el Hospital Universitario de Ann Arbor, de Michigan (Estados Unidos), donde ha muerto una mujer por coronavirus tras recibir el trasplante de dos pulmones infectados por coronavirus.
Al parecer, se realizaron pruebas PCR a la víctima dando un resultado negativo antes de someterse a la intervención. "No hubiéramos usado los pulmones si hubiéramos tenido una prueba de COVID-19 positiva", ha explicado Daniel Kaul, director del Servicio de Trasplantes de Enfermedades Infecciosas del Michigan Medicine, quien ha pedido que se hagan pruebas más exhaustivas a los donantes.
La operación se completó con éxito y la mujer recibió los dos pulmones como estaba previsto. Sin embargo, a los tres días comenzó a tener fiebre, su presión arterial bajó y le costaba respirar. Se vieron signos de infección pulmonar e intentaron ponerle solución pero su estado empeoró debido al desarrolló un shock séptico y problemas de función cardíaca.
El equipo médico decidió hacerle la prueba del coronavirus porque estaba presentado síntomas compatibles con la enfermedad y la PCR dio positivo, aplicando todos los tratamientos posibles para tratar el Covid, pero no hubo forma de salvarla.
Después de 61 días del trasplante, y tras pasar varias semanas en una cama con el respirador, la mujer falleció. Cuando se trata de los pulmones, los especialistas deben analizar muestras del tracto respiratorio inferior del donante, así como de la nariz y la garganta. No obstante, la obtención y el análisis de esas muestras de los donantes puede ser difícil de llevar a cabo de manera oportuna. Además, también existe el riesgo de introducir una infección en los pulmones donados, ha añadido el director del Servicio de Trasplantes de Enfermedades Infecciosas del Michigan Medicine.
Más tarde también se ha desprendido que el médico que manipuló los pulmones antes de la mujer, dio positivo por coronavirus unos días después de la operación. Los otros 10 profesionales sanitarios presentes en la operación no se contagiaron.