La denuncia del menor desaparecido, quien se creía que había ido a Marsella el fin de semana, se produjo poco antes de que un vecino alertara a la policía. Los agentes irrumpieron en la vivienda y allí encontraron la cabeza del menor rodeada de elementos que se asociaron a un rito satánico. El dueño de la casa pasó a convertirse en el principal sospechoso y comenzó su búsqueda.
Según los testigos, vieron al dueño de 32 años huir por el tejado de la casa y se le encontraron en Arles unas tres horas después. Los vecinos han relatado a la policía que este hombre padecía de “trastornos mentales” y, de hecho, ya había sido condenado por actos violentos.
Los agentes dieron con el dueño y, como se negó a detenerse, dispararon contra él, a pesar de que el hombre no iba armado. Según el fiscal de Tarascón, Laurent Gumbau, la sola bala que recibió acabó con su vida, la madrugada de este lunes.
Un caso de “canibalismo”
El fiscal relató a la agencia de noticias Agence France-Presse, que el “cuerpo encontrado puede corresponder al del menor desaparecido” y que este se encontró descompuesto y con una erosión a la altura del hombro. Todo parece relacionarse con un acto de canibalismo, propio de un ritual satánico. Sin embargo, no se le podrá practicar la autopsia al menor, dado el estado de descomposición en que se halló su cuerpo. Eso sí, al presunto asesino se le realizará una autopsia que determine el posible vínculo entre ambos.
Por el momento, la Policía Judicial se está encargando de llevar el caso y la Inspección General de la Policía Nacional dará explicaciones por el disparo mortal al presunto asesino. Este hecho ha conmocionado a la localidad de Tarascón, que tiene 15.000 habitantes.
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