La Organización Mundial de la Salud ha vuelto a insistir a China, epicentro del Covid-19, en que comparta todos los informes y datos que tenga para esclarecer el origen de la enfermedad. La investigación se centra en los primeros casos detectados, para así determinar la teoría más adecuada de su origen, que sigue apuntando al laboratorio en Wuhan.
La ciudad ha sido considerada el epicentro del virus, aunque al principio se especuló que se podría haber originado en un mercado de animales exóticos. La OMS, que recuerda la gravedad de la enfermedad, que ya ha acabado con la vida de 4,3 millones de personas en todo el mundo, ha pedido “despolitizar” la investigación.
China pide que se priorice la ciencia a la política
De todas formas, China sigue reticente a colaborar, porque desconfía que la investigación persiga un fin político y pide que solo se centre en un análisis científico.
Cabe recordar que, a principios de 2021, la agencia de la ONU envió a un equipo de expertos internacionales a Wuhan y, en una primera fase, estos apuntaron a la alta posibilidad de que el virus pasara de los murciélagos a los humanos a través de otra especie intermediaria. Se anunció una segunda fase de la investigación, instando a la necesidad urgente de esclarecer la teoría sobre el origen del coronavirus. Según el comunicado de la ONU: “Compartir datos brutos y dar permiso para el análisis de muestras… no es diferente a lo que alentamos a todos los países, incluida a China…”.
¿Cederá China?
Pero la respuesta del país fue: “Nos oponemos a la politización en la búsqueda de los orígenes… Abogamos por una investigación apoyada en la ciencia”, según palabras del viceministro de Exteriores, Ma Zhaouxu. De hecho, dentro de las cuatro primeras hipótesis que se elaboraron, el origen del virus en un laboratorio fue la menos probable, pero el director general de la OMS, Tedros Adhanom, insistió en que se recabaran más datos.
China tiene la respuesta y quizás la presión internacional es demasiado fuerte y ceda a la hora de ofrecer más datos, aunque parece no temer el aislamiento ni las sanciones.