El hombre, que en el juicio reconoció los hechos y se mostró conforme con la pena solicitada por la Fiscalía, no podrá comunicarse ni acercarse durante cuatro años a la víctima, a la que deberá indemnizar además con 2.000 euros por los daños morales que sufrió a consecuencia de los hechos.
La joven acudió el 9 de diciembre de 2020 a la clínica de Valencia en la que ejercía el condenado para someterse a una revisión de su tratamiento de ortodoncia. Según el relato de hechos probados, cuando la menor estaba sentándose en el sillón dental, el facultativo, con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos, le acarició la cadera y le pasó la mano por el muslo.
A continuación, cuando la chica se incorporó, el facultativo le pellizcó y le cogió el tirante del sujetador por la espalda, lo estiró y lo soltó de golpe. Cuando finalizó la consulta, el condenado llevó a la menor a una habitación en la que se encontraban a solas y le pidió su número de teléfono con la excusa de mandarle las fotos de su boca que le había hecho.
Sin embargo, en lugar de eso, comenzó a enviarle mensajes de whatsapp con insinuaciones y coqueteos en los que mostraba su intención de volverla a ver. La sentencia es firme y no puede recurrirse.