Vuelven los saqueos de alimentos y electrodomésticos en toda Argentina

La creciente tensión social de los barrios periféricos de Bariloche desbordó ayer en forma de una ola de saqueos a supermercados protagonizados por grupos organizados sin identificación política, que también protagonizaron episodios violentos hasta entrada la noche. Como el caos que se generó a la mañana se agudizó con el correr del día, el gobierno nacional anunció a la tarde el envío de 400 gendarmes para reforzar un esquema de seguridad provincial, que durante toda la jornada lució insuficiente y limitada. Los violentos episodios dejaron 20 heridos de escasa gravedad, en su mayoría policías, que recibieron golpes con piedras y vidrios. Además, tres personas fueron detenidas por los saqueos, dos de ellos menores de edad. Los incidentes se iniciaron con un reclamo de bolsas de alimentos por parte de referentes barriales, pero en cuestión de horas todo derivó en violentos episodios protagonizados por jóvenes encapuchados y mujeres, muchos de ellos integrantes de cooperativas de trabajo que en los últimos meses han encabezado diversas protestas frente al municipio en reclamo de subsidios y planes laborales. Los saqueos comenzaron por la mañana en el supermercado Chango Más, ubicado a la vera de la ruta 40 Sur, con un reducido grupo de violentos con rostros cubiertos que irrumpieron en el local llevándose carros cargados de productos, especialmente ropa y electrodomésticos. Tras el primer avance, un grupo más numeroso de personas -en su mayoría encapuchadas- volvió a ingresar en el supermercado ocasionando mayores destrozos, que se extendieron a una docena de vehículos estacionados en las inmediaciones, inclusive uno de ellos fue incendiado en medio de la ruta. Ante el complejo panorama, los comercios cerraron sus puertas al mediodía, colocando vallas y placas para evitar destrozos por temor a posibles avances de saqueadores, y el sindicato de empleados de comercio inició un paro total de actividades a partir de las 14. La situación desbordó a la policía de Río Negro, que enfrentó a los manifestantes con gases lacrimógenos, balas de gomas y piedras arrojadas mediante "gomeras", además de palos que tomaron los agentes en el supermercado saqueado para "defenderse". La fuerza policial -que en el primer saqueo actuó con sólo 6 agentes- tuvo orden de no cargar armas con balas de plomo para evitar un desenlace trágico como lo sucedido en junio de 2010, cuando en el marco de una represión policial murieron dos jóvenes en el Alto, cuyos crímenes aún son investigados. El gobierno provincial envió por la tarde a 150 agentes de la policía rionegrina y la Nación destinó a 400 gendarmes encabezados por el secretario de Seguridad, Sergio Berni. El temor por la réplica de saqueos en otros puntos de la provincia generó el cierre de comercios en General Roca y en algunas ciudades del Alto Valle. "No estamos en presencia de un hecho por problemas sociales, evidentemente esto ha sido pensado, planificado y organizado", dijo el gobernador Alberto Weretilneck (Frente para la Victoria), quien postergó hasta hoy su viaje a Bariloche.El gobierno provincial apuntó a "organizaciones políticas de carácter anárquico" y mencionó en particular a la Cooperativa 1° de Mayo, que el 12 de octubre pasado protagonizó un enfrentamiento con la policía, al intentar derribar el monumento al ex presidente Julio Argentino Roca, en el Centro Cívico de la ciudad. Esa cooperativa, meses atrás, realizó protestas semanales contra el intendente Omar Goye (Frente para la Victoria) a quien reclamaban puestos de trabajo y planes sociales. Goye había reconocido hace unos días la existencia de rumores de posibles saqueos. Las diferencias políticas entre el intendente ligado al sector del senador Miguel Pichetto y el gobernador también forman parte del trasfondo de los violentos episodios, con acusaciones cruzadas e inclusive apuntan a la intervención de dirigentes sociales que tuvieron vinculación con anteriores gobiernos radicales en la ciudad y la provincia.