La localidad alemana de Rasdorf se levantó a comienzos de semana con un fuerte estruendo provocado por la acumulación del gas metano, proveniente de una granja de vacas.
Las flatulencias de estos animales, cercados en la finca del distrito de Fluda, se concentró a tal nivel que el gas metano explotó en una gran llamarada.
Una descarga eléctrica parece haber sido la causante de tremendo revuelo, que provocó daños en el techo de la granja y que incluso afectó a los propios animales.
La granja podría ser multada por las grandes cantidades de metano que acumula, pues se considera perjudicial para el medio ambiente.
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