Era una noche cualquiera. Cheyenne Antoine y Brittney Gargol se disponían a salir a disfrutar de la noche y, como muchos jóvenes, no dudaron en inmortalizar el momento en Facebook.
No habían pasado ni 24 horas desde ese instante cuando Gargol, de 18 años, fue hallada sin vida en la cuneta de una carretera en Saskatchewan, Canada.
Han tenido que pasar dos años para que Antoine confesase su asesinato, después de que la Policía identificara el cinturón que utilizó para estrangular y matar a su amiga. El mismo que aparece en la imagen que ambas subieron a la citada red social.
El fiscal superior de Saskatoon, Robin Ritter, confesó en declaraciones a CNN que el ancho cinturón negro de Antoine coincidía con algunas marcas dejadas en el coche de Gargol.
“[El coche] estaba sucio y tenía polvo, y podías ver al costado del coche marcas, consecuentes con ese cinturón negro”, relató Ritter a CNN. “Y también parecía que hubo una pelea”, añadió.
Antoine “fabricó su propia historia y declaraciones a la Policía”, de hecho, “ella le dijo a las autoridades que salieron y se encontraron con un hombre blanco”.
La presunta asesina dijo que había ido a la casa de su tío., sin embargo, cuando la Policía de Saskatoon habló con el tío de Antoine, la historia se derrumbó. No existía ningún hombre blanco del cual hablar y el tío de Antoine finalmente admitió antes las autoridades que su sobrina le había pedido que mintiera por ella y dijera que “dos hombres negros” mataron a Gargol.
Confesó ante la evidencia del crimen
Antoine fue arrestada en marzo de 2017 y el lunes pasado firmó un acuerdo con la Fiscalía en el que admitió haber cometido el asesinato. Según su confesión, Antoine y Gargol estaban ebrias y discutieron, y ella estranguló a su amiga con el cinturón negro antes de abandonar su cuerpo.
Al admitir el asesinato y parecer arrepentida, Antoine sólo ha sido condenada por homicidio en lugar de asesinato en segundo grado, por lo que pasará siete años en la cárcel.