Los arrestados obligaron a los migrantes a saltar de una embarcación de alta velocidad amenazándolos con un arma blanca, a sabiendas de que la zona tenía fuertes corrientes y que muchos de ellos no sabían nadar. En un primer momento se recuperaron cuatro cuerpos sin vida, recuperando el quinto cuerpo días más tarde, debiendo ser identificado por ADN obtenido de sus familiares en Marruecos.