Durante el primer año de la pandemia de COVID-19 en Brasil, el nuevo coronavirus se propagó de maneras distintas entre las diversas regiones del país. A finales de abril de 2021, con la curva de contagios en ascenso, en promedio, el 15% entre los brasileños testeados en el ámbito del estudio EPICOVID-19 BR 2 exhibía anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
Entre los contagiados hubo varios menores de edad, entre ellos tres bebés de tan solo un año
En su puesto de trabajo tosía fuertemente por todo el local, bajándose la mascarilla, al tiempo que manifestaba "os voy a contagiar a todos del coronavirus".
Este terrible caso ha conmocionado a la comunidad internacional. La protagonista, Verónica García Fuentes, es una mujer de 36 años de edad que dio positivo en la prueba de PCR, pero no se lo dijo ni a su marido ni a sus tres hijos.
La pandemia sigue causando verdaderos estragos en nuestro país, y si no, que se lo cuenten al protagonista de la noticia. Su historia se ha vuelto viral en redes gracias a un tuit que ha compartido un médico de urgencias.
En plena escalada de contagios en todo el mundo y el correspondiente aumento de las restricciones tras la época navideña, la presión asistencial crece sobremanera y nos deja imágenes como esta, que han removido conciencias tras los excesos de estos días.
Conmoción en México tras conocerse que un joven de 29 años de edad se suicidó el pasado 31 de diciembre en el baño del hospital en el que estaba ingresado tras conocer que había sido contagiado de Covid-19. Sin embargo, se trataba de un 'falso positivo'.
El desalojo se produjo a las 2:30 de la madrugada del pasado domingo, cuando los agentes pudieron comprobar que los presentes estaban incumpliendo el horario y las medidas sanitarias establecidas por el Covid-19.
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Emily Gladwin solo cuenta con 38 años de edad. Pese a que no tenía síntomas graves de Covid-19 cuando dio positivo en una prueba rutinaria del trabajo, su estado de salud empeoró y tuvieron que inducirle un coma. Al despertar, su pesadilla no habría terminado...
Hace ahora un año que convivimos oficialmente con este virus que ha paralizado el mundo y que se ha llevado por delante incalculables vidas. Sin embargo, más allá de la protección individual, la infección o las propias vacunas, el Covid-19 va más allá, y cada vez son más las personas que no recuperan la ‘normalidad’ y que luchan a diario contra decenas de síntomas que, en muchos casos, son incluso incapacitantes. Hablamos del Covid persistente y de un ensayo clínico auspiciado por el doctor español Francisco Mera, que ha aportado esperanza a este colectivo, cada vez más numeroso y peligrosamente olvidado…
El jefe de servicio de urgencias del hospital Montichiari habría provocado la muerte de dos pacientes, de 61 y 80 años de edad, aunque ya se están investigando otras tres muertes.
El Juzgado de Primera Instancia número 17 de Sevilla ha dictado un auto en el que autoriza al servicio médico-sanitario de una residencia de mayores de la capital hispalense a suministrar la vacuna contra el Covid-19 a una usuaria de 86 años de edad “que no se encuentra capacitada para adoptar de una forma válida y consciente cualquier tipo de decisión que afecta a su salud”, todo ello tras la negativa de su hijo a otorgar su consentimiento para la citada vacunación.
Da igual de dónde venga la imagen, si es en Rusia o en España. Los sanitarios se están enfrentando como auténticos héroes a una situación que les ha venido impuesta, sin conocimiento previo y en no pocas ocasiones sin los medios necesarios para combatirlo.
Al parecer, el pasajero viajaba con su familia, con evidentes signos de coronavirus como escalofríos y sudoración excesiva, aunque negó tener síntomas antes de embarcar.
Las redes sociales y los medios locales ya lo han bautizado como 'el beso de la muerte'. Montenegro, uno de los países más afectados por la pandemia, ha vivido una grotesca situación: miles de personas se han despedido de su arzobispo muerto por coronavirus dándole un beso.
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