La víctima fue secuestrada al salir de su domicilio en Rentería (Guipúzcoa) e introducido a golpes y a punta de pistola en un vehículo, poniendo rumbo a Alicante. Exigieron a un familiar residente en Málaga el pago de 500.000 euros como condición para no acabar con su vida. En 2012 la víctima fue secuestrada por la misma organización criminal. En aquella ocasión, la Gendarmería francesa en colaboración con la Ertzaintza, lograron liberarlo en Tolousse (Francia) interviniendo dos fusiles de asalto, una pistola y un revólver.