La víctima opuso resistencia, logró zafarse de la agresión y resultó herida. El tribunal considera a la mujer cooperadora necesaria de un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco.
Para el tribunal, los hechos “tienen la gravedad suficiente para atentar contra la libertad de la denunciante y crearle un estado de desesperación y desasosiego”.